Aquí Claudia no pasa OJALÁ QUE para el próximo torneo de fútbol las Chivas tengan una defensa tan efectiva como la de Ricardo Monreal y Ge...
Aquí Claudia no pasa
OJALÁ QUE para el próximo torneo de fútbol las Chivas tengan una defensa tan efectiva como la de Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña que nomás no dejan pasar las iniciativas de la presidenta Claudia Sheinbaum. Estos dos veteranos de la política han desarrollado un arte extraordinario que podríamos llamar "el bloqueo legislativo sigiloso", donde las iniciativas presidenciales se desvanecen en un limbo burocrático sin dejar rastro.
APENAS EL LUNES, la mandataria anunció con bombo y platillo que enviaría esta misma semana sus iniciativas para "reformar" (léase: desaparecer) la Cofece, así como la nueva ley para telecomunicaciones. Y aunque lo proclamó en el sagrado recinto de la mañanera —ese púlpito presidencial donde supuestamente se dictan los designios nacionales— ni en San Lázaro ni en el Senado parecen estar enterados de dichas prioridades ejecutivas.
EN AMBAS CÁMARAS ya publicaron su calendario legislativo para el cierre del periodo ordinario y el próximo periodo extraordinario, y simple y sencillamente las iniciativas de Sheinbaum brillan por su ausencia. Este desplante de autonomía legislativa dentro del mismo partido gobernante sugiere que las viejas guardias morenistas no están dispuestas a seguir el ritmo que marca la nueva inquilina de Palacio Nacional.
Y A LO MEJOR esta resistencia legislativa no es tan mala después de todo, pues la idea de quitarle autonomía al organismo regulador de la competencia parece ser una jugada cuestionable de cara a la inminente renegociación del T-MEC con Donald Trump, quien simplemente anda buscando pretextos para imponer nuevos aranceles. A veces, la mejor defensa presidencial viene desde las propias filas, aunque no la hayan solicitado.
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La Piedra perdida
A pesar de los intensos esfuerzos del gobierno federal por incluir y escuchar a las familias buscadoras ante la devastadora crisis de desaparecidos, la ausencia de Rosario Piedra Ibarra ya resulta escandalosamente notoria. Ayer fue formalmente invitada a la crucial reunión en la Secretaría de Gobernación, pero brilló por su ausencia, delegando su responsabilidad en un anónimo representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Con este desplante, nos hacen ver fuentes cercanas al proceso, ya son cinco las reuniones entre gobierno y colectivos de buscadores a las que doña Rosario ha decidido no asistir, convirtiendo su propia desaparición institucional en una amarga ironía.
La situación ha llegado a tal punto que diversas madres buscadoras han compartido en redes sociales una ficha de búsqueda de Piedra Ibarra, calcada de aquellas que utilizan desesperadamente para localizar a sus hijos, preguntando si alguien ha visto a la funcionaria. Un acto de protesta que mezcla humor negro con una realidad insoportable. Quizá para la titular de la CNDH, cuya madre irónicamente dedicó su vida a la búsqueda de desaparecidos durante la Guerra Sucia, no le parezca un tema suficientemente relevante que en el país existan 127 mil personas desaparecidas. Al parecer, hay ausencias que pesan más que otras en la balanza de las prioridades institucionales.
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El Senado y su cochinero
El Instituto Nacional Electoral (INE) tendrá una tarea más por omisiones en el proceso del Poder Judicial. Ahora, el Senado pidió al instituto que revise los antecedentes de todas las candidaturas para garantizar su probidad antes de que lleguen al cargo. Una solicitud que llega como caída del cielo a escasas semanas de la jornada electoral, como si los comités de evaluación hubieran descubierto súbitamente que verificar antecedentes era parte de su trabajo.
El Instituto dará una respuesta en su próxima sesión, aunque dentro del INE algunos consejeros ya se hacen la pregunta obvia que nadie quiere contestar: ¿Qué esto no debieron haberlo hecho los comités de evaluación de los tres poderes? Aparentemente, la verificación de probidad —ese detalle insignificante en un proceso de selección judicial— se les pasó por alto a quienes diseñaron el mecanismo de elección.
Una gran tarea adicional a menos de un mes de la elección, depositando en el INE la responsabilidad de subsanar lo que otros debieron hacer. Como reza el dicho popular: una raya más al tigre de esta improvisada reforma judicial, cuyas manchas metodológicas se multiplican conforme se acerca la fecha crítica. El arte de transferir responsabilidades en el último minuto parece ser la nueva especialidad de nuestros legisladores.
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Las reglas cambian
Los focos rojos se encendieron entre los candidatos a jueces y magistrados federales, pues cuentan que el simulador habilitado por el INE, que encabeza Guadalupe Taddei, para la votación tiene recuadros con colores distintos a los de las boletas que se usarán el próximo 1 de junio. Una discrepancia cromática que parece insignificante pero que ha generado un tsunami de inquietud entre los aspirantes togados.
En algunos chats, donde están agrupados los candidatos, es común la sorpresa de que las reglas hayan cambiado sobre la marcha, debido a que no saben qué papeleta prevalecerá al final, además del nivel de confusión que esto puede generar entre los ciudadanos. La pregunta que revolotea en estos grupos es tan simple como perturbadora: ¿cómo esperan que el electorado comprenda un proceso electoral inédito y complejo cuando ni siquiera pueden mantener consistencia en algo tan básico como los colores de las boletas?
Esta aparente descoordinación entre el simulador y las boletas definitivas se suma a la larga lista de improvisaciones que han caracterizado este proceso electoral judicial desde su concepción. Una elección histórica que parece estar sujeta a los vaivenes de decisiones de último momento, generando una incertidumbre que poco abona a la legitimidad del proceso. Para un organismo electoral con la experiencia del INE, esta confusión cromática resulta, cuando menos, desconcertante.
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La tercera es la vencida
Nos hacen notar que, entre la multitud de aspirantes a una magistratura federal, destaca con singular descaro el nombre de Ana Yadira Alarcón Márquez, quien quedó desempleada como secretaria Técnica del Instituto Nacional de Transparencia (Inai) tras la conveniente "optimización institucional" —léase desaparición— de dicho órgano. La señora Alarcón no es precisamente una novata en el arte de las aspiraciones fallidas en el servicio público.
Doña Yadira capturó los reflectores mediáticos en 2023, cuando el Senado la designó como comisionada del Inai, pero su nombramiento fue fulminantemente vetado por el entonces presidente López Obrador, después de que legisladores morenistas —siempre tan oportunos en sus investigaciones selectivas— la denunciaran por un supuesto cargo en empresas vinculadas a Xóchitl Gálvez y por su imperdonable cercanía con el PAN. Como era de esperarse, ella impugnó el veto presidencial, pero la Suprema Corte, en un acto de imparcialidad cuestionable, desechó su petición, cerrándole definitivamente la puerta al cargo de comisionada.
Ahora, con renovadas esperanzas y aprovechando el cambio de administración, veremos si ya sin el veto del Tlatoani de Macuspana logra alcanzar una magistratura. Después de todo, en la política mexicana, la perseverancia suele ser más valorada que la coherencia, y los vetos presidenciales, como las promesas de campaña, tienen fecha de caducidad.
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AGUASCALIENTES
Que se vea bonito
familiares de personas desaparecidas en Aguascalientes emprendieron una jornada de visibilización durante la Feria Nacional de San Marcos. Con esperanza y determinación, el Colectivo Buscando Personas, Verdad y Justicia comenzó la pega de fichas desde la Plaza de la Patria con destino al Foro de las Estrellas. Sin embargo, lo que encontraron fue una muralla de burocracia y desdén institucional.
En un estado que acumula 480 personas desaparecidas según el Registro Nacional, estas familias intentaron colocar 400 fichas con rostros y datos de sus seres queridos ausentes. La respuesta oficial fue brutal en su frivolidad: las autoridades municipales, con un insólito argumento "estético", procedieron a arrancar sistemáticamente los carteles apenas minutos después de ser colocados.
El colmo del cinismo llegó cuando la seguridad privada del Patronato de la Feria les exigió "pagar un permiso especial para publicidad", como si buscar a un hijo desaparecido fuera equiparable a promocionar un producto comercial.
Apenas una hora después de haber colocado las fichas, 13 elementos municipales ya tallaban con espátulas, juntaban y apelmazaban los boletines. Un espectáculo de eficiencia burocrática que ojalá aplicaran para encontrar a quienes faltan.
Para la administración municipal de Aguascalientes, parece que un rostro en busca de justicia afea más su ciudad que la indiferencia institucional ante el dolor humano.
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Los Nopales Automáticos
Aguascalientes “bonito”
En la Feria Nacional de San Marcos
Buscaron colgar rostros de ausentes
La burocracia actuó con eficiencia
¡Para quitar lo que les incomoda!
Cuatrocientas fichas, cuatrocientos rostros
En un estado con tantos desaparecidos
El Colectivo marchó con esperanza
De encontrar a sus hijos en un mar de borrachos
Pero encontraron una muralla de desprecio
Y una autoridad llena de cinismo
"Por estética", dijeron las autoridades
"Por publicidad", cobraba el Patronato
En Aguascalientes buscar un hijo perdido
Es peor que vender cerveza sin permiso
Burócratas con espátula en mano
Una hora les tomó borrar la memoria
Eficiencia brutal para limpiar fachadas
¡Qué no aplican para encontrar personas!
Un estado que prefiere verse bonito
Que enfrentar su crisis humanitaria
¿Qué es peor en Aguascalientes?
¿El rostro de quien busca justicia?
¿O la indiferencia institucional
Que borra el dolor con pericia?
"Por estética", dijeron las autoridades
"Por publicidad", cobraba el Patronato
En Aguascalientes buscar un hijo perdido
Es peor que vender cerveza sin permiso
En la fiesta nacional de la orina
No hay espacio para verdad ni duelo
No hay sororidad, es puro cuento
Es otra simple sucursal del infierno