Ya fastidió tanto amor Por lo visto, en el Sancta Sanctorum de la 4T —mejor conocido como Palacio Nacional— han estado hojeando revistas d...
Ya fastidió tanto amor
Por lo visto, en el Sancta Sanctorum de la 4T —mejor conocido como Palacio Nacional— han estado hojeando revistas de oposición en sus ratos libres. ¡Quién lo diría! Y es que el reportaje de Latinus sobre el financiamiento empresarial a la "discretísima" y "para nada prematura" campaña de la senadora Andrea Chávez por la candidatura de Morena al gobierno de Chihuahua ha causado más revuelo que unos chocolatitos entregados por un payaso en oficina godín.
Según fuentes cercanas a los pasillos presidenciales —esos donde los muros tienen oídos y las macetas micrófonos—, la joven senadora llevaba meses tallando su nombre en la silla gubernamental chihuahuense con la sutileza de una mosca panteonera en arroz blanco. Al parecer, sus esfuerzos por convertirse en una "inevitabilidad política" (ese hermoso eufemismo para "imposición") comenzaban a provocar más acidez en Palacio que un taco de chicharrón prensado con chile habanero.
Lo verdaderamente jugoso del asunto radica en la conexión entre el empresario financista y nuestro querido Adán Augusto López, enamoradizo líder morenista en el Senado y coleccionista profesional de "temas incómodos" en la libreta presidencial. A este paso, el ex secretario de Gobernación necesitará un librero entero para albergar todos sus "temas incómodos". ¡Y eso que apenas vamos por el primer trimestre del sexenio!
La moraleja para la senadora Chávez parece clara: en la 4T, las inevitabilidades políticas tienen la misma esperanza de vida que un helado en el desierto de Sonora. Quizás sea momento de que la ambiciosa senadora recuerde aquel viejo adagio político mexicano: "El que se mueve, no sale en la foto"... o peor aún, sale en un reportaje de Latinus y termina en la libreta de Palacio Nacional, ese moderno Libro de los Muertos para aspiraciones políticas.
Y mientras tanto, en algún rincón de Chihuahua, los verdaderos militantes morenistas siguen esperando que alguien recuerde que, en teoría, las candidaturas debían decidirse por encuestas populares y no por el amor o la cercanía con empresarios generosos. ¡Ah, qué tiempos aquellos en que la 4T criticaba estas prácticas!
---
El PRI no llena ni una mesa
Aquel coloso político que alguna vez presumió de llenar de rojo todo el país hoy celebra sus "cumbres de liderazgo" en mesas de café donde —ironía sublime— sobran sillas. La decadencia no podría ser más poética.
Según fuentes cercanas a esta tragicomedia política, ayer el autoproclamado "líder indestructible" Alejandro "Alito" Moreno —ese mismo que sobrevivió a más escándalos que un gato callejero a atropellamientos— organizó lo que pomposamente podríamos llamar una "reunión cumbre" en un restaurante de Polanco. Los asistentes a tan magno evento: el coordinador parlamentario Rubén Moreira y el exgobernador de Coahuila, Miguel Riquelme. Tres personas. TRES. En un partido que gobernó México durante 70 años ininterrumpidos.
Para contextualizar la magnitud de esta debacle: el PRI pasó de ser el partido que controlaba prácticamente todo el aparato gubernamental mexicano a convertirse en una tertulia de café donde cuentan con tristeza los cubitos de azúcar mientras recuerdan tiempos mejores. Del "carro completo" al "ni siquiera podemos llenar una mesa de cafetería". Darwin estaría fascinado con esta evolución inversa.
Y como cereza del pastel amargo, nos cuentan que los priistas consideran "fichar" al perredista Jesús Zambrano —sí, el mismo que acaba de quedarse sin partido tras la pérdida de registro del PRD—. ¡Qué tiempos aquellos cuando el PRI absorbía secretarías de Estado completas y no andaba recogiendo huérfanos políticos para llenar una silla vacía en la mesa!
La imagen es tan triste como hilarante: tres ex poderosos priistas contemplando una silla vacía, tal vez como metáfora involuntaria del abandono masivo de su militancia, para luego considerar reclutar a un perredista desempleado no tanto por sus cualidades políticas sino —seamos honestos— para poder completar esa anhelada partida de dominó con la que matar las largas horas de irrelevancia política.
¡Ah, cómo cambian los tiempos! De controlar el presupuesto nacional a discutir quién paga la cuenta del desayuno. De manejar el destino de un país a disputarse la última concha de vainilla. El PRI, ese partido que alguna vez se autodenominó "el de las grandes mayorías", ahora podría realizar su convención nacional en una camioneta familiar y todavía quedaría espacio para el equipaje.
Quizás pronto veremos a "Alito" reclutando comensales ocasionales en restaurantes: "¿Le gustaría unirse al PRI? Tenemos una silla disponible y necesitamos un cuarto para el dominó".
-----
Pleito en el funeral del INAI
Si alguien esperaba que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) tuviera una despedida digna, sobria y a la altura de su supuesta misión institucional, debería revisar urgentemente su sentido de la realidad política mexicana. La última sesión del organismo resultó ser un espectáculo tan bochornoso como predecible.
Según fuentes cercanas al ya cadavérico instituto, la sesión final fue menos un réquiem solemne y más una pelea de gallos con corbata. El organismo que debía ser el paladín de la transparencia y la rendición de cuentas —irónico hasta la médula— terminó sus días exhibiendo sus más oscuras entrañas.
Recordemos que el Inai ya venía arrastrando el peso de múltiples escándalos por irregularidades y presuntas corruptelas —nada mejor que un organismo anticorrupción salpicado de corrupción, ¡la paradoja perfecta!—. A esto se sumó la deliciosa filtración de correos electrónicos que expusieron la guerra intestina entre el consejero presidente Adrián Alcalá y la consejera Norma Julieta del Río, intercambios dignos de un reality show de bajo presupuesto.
Pero el broche de oro, el acto final de esta tragicomedia institucional, vino cuando don Adrián Alcalá —en un movimiento que haría sonrojar a Maquiavelo por su burda obviedad— intentó erigirse como el último defensor de los trabajadores del Inai. Su estrategia: introducir una propuesta de último minuto para otorgar compensaciones económicas a los empleados. El pequeño detalle es que "olvidó" consultar esta brillante idea con sus tres compañeras consejeras.
Lo verdaderamente delicioso del asunto fue la reacción de Josefina Ibarra, otrora aliada incondicional de Alcalá, quien con la indignación de quien descubre una traición milenaria, le espetó: "nos pusiste una trampa". Una frase digna de telenovela que seguramente quedará grabada en los anales de las instituciones extintas.
El meollo del asunto, según nos revelan, es que Alcalá sabía perfectamente que no contaban con las facultades legales para aprobar tales compensaciones. Era simplemente un truco barato para salir por la puerta grande, como el héroe de los trabajadores, a sabiendas de que era una promesa imposible de cumplir. Una jugada tan transparente como todo lo que no fue el Inai en sus últimos años.
Así termina este organismo: no con un aplauso, sino con un último acto de demagogia interna. La institución que debía velar por la transparencia muere en medio de opacidad, pleitos intestinos y promesas vacías. Si esto no es poesía política mexicana en su estado más puro, entonces no sé qué lo sea.
Que sirva como epitafio para el Inai: "Aquí yace un organismo que, al final, fue tan transparente que todos pudimos ver claramente sus miserias internas".
---
Ultraje al último refugio godín
En una escena que parece sacada directamente de una república bananera en quiebra, Palacio Nacional —ese recinto histórico donde supuestamente se toman las grandes decisiones nacionales— ha declarado la guerra... ¡a las secadoras de cabello!
Según fuentes con acceso frecuente a los ilustres retretes presidenciales, la todopoderosa Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha pegado carteles tanto en baños de hombres como de mujeres prohibiendo terminantemente el uso de planchas para el pelo, secadoras "y otras máquinas", en un desesperado intento por ahorrar unos cuantos kilowatts.
La imagen es sublime en su absurdidad: funcionarios de alto nivel y trabajadores de Palacio Nacional recibiendo su bautizo diario de austeridad republicana mientras contemplan su cabello despeinado en los espejos de los baños. "Yo por la 4T, hasta despeinado", debería ser el nuevo eslogan no oficial.
¿En serio la dependencia encargada de las finanzas públicas de la quinta economía de América Latina está tan desesperada que necesita ahorrar en secadoras de pelo? ¿Este es el mismo gobierno que presume de tener finanzas sanas, récord en recaudación fiscal y que gasta miles de millones en obras faraónicas? Parece que a Hacienda solo le alcanza para megaproyectos, pero no para que sus funcionarios tengan un peinado decente.
Como diría la clásica canción de Chico Che que todos conocemos: "Oye, Bartola, a'i te dejo estos dos pesos..." parece ser el mensaje de Hacienda a sus trabajadores. Quizás el siguiente paso en esta cruzada de austeridad sea prohibir la carga de teléfonos celulares, o tal vez instalen bicicletas estáticas conectadas a generadores para que los funcionarios produzcan su propia electricidad mientras hacen ejercicio.
Lo verdaderamente hilarante es pensar que mientras se prohíben secadoras en los baños, a pocos metros de distancia se realizan reuniones donde se aprueban presupuestos de miles de millones de pesos. Esto no es austeridad republicana; es teatro del absurdo financiero.
Mientras tanto, los empleados de Palacio Nacional tendrán que conformarse con el secado al aire libre, al más puro estilo de la República Austera. Porque ya lo sabemos: la Cuarta Transformación empieza por tu cabello.
---
Sororidad, si no afecta al partido
En lo que constituye quizás la hipocresía política más flagrante del momento, los legisladores de Morena han demostrado nuevamente que su cacareada política "en favor de las mujeres" es tan sólida como un castillo de naipes en medio de un huracán.
Y es que mientras en Palacio Nacional se presume cada mañana el gabinete paritario como si fuera la octava maravilla del mundo, la maquinaria morenista en el Congreso trabaja silenciosamente para proteger a sus propios depredadores. Caso ejemplar: el diputado Cuauhtémoc Blanco, cuyo expediente haría sonrojar hasta al más experimentado abogado defensor.
El historial del ex futbolista y flamante legislador parece sacado de un manual sobre cómo acumular denuncias sin consecuencias: acusado de abuso sexual por su propia media hermana (¡su propia familia!), denunciado por violencia doméstica por su esposa, y señalado por la Fiscalía de Morelos —estado que tuvo la desdicha de tenerlo como gobernador— por un desfalco millonario que haría sonreír a cualquier cleptómano profesional.
Pero para la Sección Instructora de la Cámara de Diputados —controlada, qué casualidad, por el oficialismo— todos estos señalamientos carecen de la suficiente gravedad como para aprobar su desafuero. ¿Será que en el diccionario morenista las palabras "abuso sexual", "violencia doméstica" y "desfalco millonario" tienen algún significado alternativo que desconocemos?
Lo más sabroso del caso es el ensordecedor silencio de Citlalli Hernández, titular de la Secretaría de las Mujeres, quien repentinamente parece haber perdido la capacidad del habla. La misma funcionaria que no duda en pronunciarse sobre cualquier tema controversial cuando conviene a la narrativa oficial, ahora guarda un silencio tan profundo que podría confundirse con complicidad. ¿Dónde quedó aquello de "no somos iguales"?
Este caso ilustra a la perfección la máxima no escrita de la política mexicana actual: la defensa de las mujeres es prioridad absoluta... hasta que el acusado viste los colores del partido en el poder.
Como diría algún morenista despistado: "primero los pobres"... excepto cuando primero están los compañeros de partido acusados de delitos graves. Pero bueno, siempre quedará el consuelo de las conferencias mañaneras donde la paridad de género es un excelente tema para distraer de la impunidad que reina puertas adentro.
--
Se rajó el Fiscal carnal
La tragicomedia que protagoniza la Fiscalía General de la República ha añadido un capítulo más a su extenso repertorio de desplantes a víctimas. Esta vez, el escenario fue el infame Rancho Izaguirre en Teuchitlán, donde el protagonista principal —Alejandro Gertz Manero— brilló por su ausencia.
Como en una macabra obra de teatro del absurdo, el Fiscal General convocó personalmente a colectivos de buscadoras, organizaciones civiles, académicos y periodistas para visitar la escalofriante finca donde fueron hallados 154 pares de zapatos y más de 1,300 objetos pertenecientes a personas cuyo paradero sigue siendo un misterio. La promesa: él mismo encabezaría el recorrido. El resultado: plantón institucional al más alto nivel.
Y es que parece que para la FGR, los desaparecidos son prioridad solo en los discursos y comunicados oficiales. Cuando llega el momento de dar la cara ante madres y familias que han convertido la búsqueda de sus seres queridos en su misión de vida, repentinamente surgen "compromisos impostergables" en la agenda del Fiscal.
Lo verdaderamente cruel de este episodio es la falta absoluta de empatía: hacer que familiares de desaparecidos —quienes han sufrido ya lo inimaginable— se trasladen hasta un sitio que representa el horror más profundo, para luego dejarlos esperando como si fueran simples peticionarios de cualquier trámite burocrático.
El tour por el Rancho Izaguirre, lejos de ser el ejercicio de transparencia y compromiso que se prometió, terminó generando más indignación entre quienes menos merecen otro desplante institucional. Los colectivos no tardaron en expresar su molestia ante la falta de información y la evidente ausencia de seriedad por parte de las autoridades.
Quizás alguien debería recordarle a Gertz Manero que en el tema de desapariciones forzadas, su presencia debería ser tan inevitable como su firma en los documentos oficiales de la Fiscalía. Porque cuando se trata de las más de 110,000 personas desaparecidas en México, los plantones institucionales no son simples desaires protocolarios, son abandonos que se suman al abandono sistemático que ya padecen las víctimas.
Al final, esta ausencia del Fiscal dice más sobre las verdaderas prioridades de la FGR que cualquier discurso oficial sobre compromiso con los derechos humanos. Como reza el viejo adagio: las acciones (o en este caso, las ausencias) hablan más fuerte que las palabras.
---
La Rola de los Nopales Automáticos
Ayotzinapa 2.0
[INTRO]
Malabarismo retórico en cadena nacional
Que ningún payaso podrá jamás igualar
La presidenta Sheinbaum con cruel frialdad
Dice que Teuchitlán es piedrita en su caminar
[CORO]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[VERSO 2]
La Mañanera del Pueblo, monólogo unidireccional
"No es mi talón de Aquiles", declara con frialdad
Como quien descarta una mancha en traje presidencial
Mientras las familias buscan con desesperación
[CORO]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[PUENTE 1]
Culpan a los bots extranjeros
Ochenta y siete mil, hasta el último número
Mientras el rancho Izaguirre
Esconde historias que no quieren contar
[VERSO 3]
Ciento veinte mil desaparecidos, y contando
"Estamos tomando cartas", dice sin ruborizarse
Invoca al mesías tropical como su escudo
Mientras la tierra mexicana absorbe sangre que nadie ve
[PUENTE 2]
Crueldad, brutalidad, atrocidad, ferocidad, impiedad,
inhumanidad, sadismo, salvajismo, no lo ven.
En vez de ver a las madres llorando al excavar,
le dicen a todos que ellos las víctimas son.
[CORO FINAL]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[OUTRO]
Y la narrativa oficial sigue su curso,
Mientras México se sigue desangrando
La 4T nos sigue mintiendo
y el narco nos sigue destrozando
Por lo visto, en el Sancta Sanctorum de la 4T —mejor conocido como Palacio Nacional— han estado hojeando revistas de oposición en sus ratos libres. ¡Quién lo diría! Y es que el reportaje de Latinus sobre el financiamiento empresarial a la "discretísima" y "para nada prematura" campaña de la senadora Andrea Chávez por la candidatura de Morena al gobierno de Chihuahua ha causado más revuelo que unos chocolatitos entregados por un payaso en oficina godín.
Según fuentes cercanas a los pasillos presidenciales —esos donde los muros tienen oídos y las macetas micrófonos—, la joven senadora llevaba meses tallando su nombre en la silla gubernamental chihuahuense con la sutileza de una mosca panteonera en arroz blanco. Al parecer, sus esfuerzos por convertirse en una "inevitabilidad política" (ese hermoso eufemismo para "imposición") comenzaban a provocar más acidez en Palacio que un taco de chicharrón prensado con chile habanero.
Lo verdaderamente jugoso del asunto radica en la conexión entre el empresario financista y nuestro querido Adán Augusto López, enamoradizo líder morenista en el Senado y coleccionista profesional de "temas incómodos" en la libreta presidencial. A este paso, el ex secretario de Gobernación necesitará un librero entero para albergar todos sus "temas incómodos". ¡Y eso que apenas vamos por el primer trimestre del sexenio!
La moraleja para la senadora Chávez parece clara: en la 4T, las inevitabilidades políticas tienen la misma esperanza de vida que un helado en el desierto de Sonora. Quizás sea momento de que la ambiciosa senadora recuerde aquel viejo adagio político mexicano: "El que se mueve, no sale en la foto"... o peor aún, sale en un reportaje de Latinus y termina en la libreta de Palacio Nacional, ese moderno Libro de los Muertos para aspiraciones políticas.
Y mientras tanto, en algún rincón de Chihuahua, los verdaderos militantes morenistas siguen esperando que alguien recuerde que, en teoría, las candidaturas debían decidirse por encuestas populares y no por el amor o la cercanía con empresarios generosos. ¡Ah, qué tiempos aquellos en que la 4T criticaba estas prácticas!
---
El PRI no llena ni una mesa
Aquel coloso político que alguna vez presumió de llenar de rojo todo el país hoy celebra sus "cumbres de liderazgo" en mesas de café donde —ironía sublime— sobran sillas. La decadencia no podría ser más poética.
Según fuentes cercanas a esta tragicomedia política, ayer el autoproclamado "líder indestructible" Alejandro "Alito" Moreno —ese mismo que sobrevivió a más escándalos que un gato callejero a atropellamientos— organizó lo que pomposamente podríamos llamar una "reunión cumbre" en un restaurante de Polanco. Los asistentes a tan magno evento: el coordinador parlamentario Rubén Moreira y el exgobernador de Coahuila, Miguel Riquelme. Tres personas. TRES. En un partido que gobernó México durante 70 años ininterrumpidos.
Para contextualizar la magnitud de esta debacle: el PRI pasó de ser el partido que controlaba prácticamente todo el aparato gubernamental mexicano a convertirse en una tertulia de café donde cuentan con tristeza los cubitos de azúcar mientras recuerdan tiempos mejores. Del "carro completo" al "ni siquiera podemos llenar una mesa de cafetería". Darwin estaría fascinado con esta evolución inversa.
Y como cereza del pastel amargo, nos cuentan que los priistas consideran "fichar" al perredista Jesús Zambrano —sí, el mismo que acaba de quedarse sin partido tras la pérdida de registro del PRD—. ¡Qué tiempos aquellos cuando el PRI absorbía secretarías de Estado completas y no andaba recogiendo huérfanos políticos para llenar una silla vacía en la mesa!
La imagen es tan triste como hilarante: tres ex poderosos priistas contemplando una silla vacía, tal vez como metáfora involuntaria del abandono masivo de su militancia, para luego considerar reclutar a un perredista desempleado no tanto por sus cualidades políticas sino —seamos honestos— para poder completar esa anhelada partida de dominó con la que matar las largas horas de irrelevancia política.
¡Ah, cómo cambian los tiempos! De controlar el presupuesto nacional a discutir quién paga la cuenta del desayuno. De manejar el destino de un país a disputarse la última concha de vainilla. El PRI, ese partido que alguna vez se autodenominó "el de las grandes mayorías", ahora podría realizar su convención nacional en una camioneta familiar y todavía quedaría espacio para el equipaje.
Quizás pronto veremos a "Alito" reclutando comensales ocasionales en restaurantes: "¿Le gustaría unirse al PRI? Tenemos una silla disponible y necesitamos un cuarto para el dominó".
-----
Pleito en el funeral del INAI
Si alguien esperaba que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) tuviera una despedida digna, sobria y a la altura de su supuesta misión institucional, debería revisar urgentemente su sentido de la realidad política mexicana. La última sesión del organismo resultó ser un espectáculo tan bochornoso como predecible.
Según fuentes cercanas al ya cadavérico instituto, la sesión final fue menos un réquiem solemne y más una pelea de gallos con corbata. El organismo que debía ser el paladín de la transparencia y la rendición de cuentas —irónico hasta la médula— terminó sus días exhibiendo sus más oscuras entrañas.
Recordemos que el Inai ya venía arrastrando el peso de múltiples escándalos por irregularidades y presuntas corruptelas —nada mejor que un organismo anticorrupción salpicado de corrupción, ¡la paradoja perfecta!—. A esto se sumó la deliciosa filtración de correos electrónicos que expusieron la guerra intestina entre el consejero presidente Adrián Alcalá y la consejera Norma Julieta del Río, intercambios dignos de un reality show de bajo presupuesto.
Pero el broche de oro, el acto final de esta tragicomedia institucional, vino cuando don Adrián Alcalá —en un movimiento que haría sonrojar a Maquiavelo por su burda obviedad— intentó erigirse como el último defensor de los trabajadores del Inai. Su estrategia: introducir una propuesta de último minuto para otorgar compensaciones económicas a los empleados. El pequeño detalle es que "olvidó" consultar esta brillante idea con sus tres compañeras consejeras.
Lo verdaderamente delicioso del asunto fue la reacción de Josefina Ibarra, otrora aliada incondicional de Alcalá, quien con la indignación de quien descubre una traición milenaria, le espetó: "nos pusiste una trampa". Una frase digna de telenovela que seguramente quedará grabada en los anales de las instituciones extintas.
El meollo del asunto, según nos revelan, es que Alcalá sabía perfectamente que no contaban con las facultades legales para aprobar tales compensaciones. Era simplemente un truco barato para salir por la puerta grande, como el héroe de los trabajadores, a sabiendas de que era una promesa imposible de cumplir. Una jugada tan transparente como todo lo que no fue el Inai en sus últimos años.
Así termina este organismo: no con un aplauso, sino con un último acto de demagogia interna. La institución que debía velar por la transparencia muere en medio de opacidad, pleitos intestinos y promesas vacías. Si esto no es poesía política mexicana en su estado más puro, entonces no sé qué lo sea.
Que sirva como epitafio para el Inai: "Aquí yace un organismo que, al final, fue tan transparente que todos pudimos ver claramente sus miserias internas".
---
Ultraje al último refugio godín
En una escena que parece sacada directamente de una república bananera en quiebra, Palacio Nacional —ese recinto histórico donde supuestamente se toman las grandes decisiones nacionales— ha declarado la guerra... ¡a las secadoras de cabello!
Según fuentes con acceso frecuente a los ilustres retretes presidenciales, la todopoderosa Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha pegado carteles tanto en baños de hombres como de mujeres prohibiendo terminantemente el uso de planchas para el pelo, secadoras "y otras máquinas", en un desesperado intento por ahorrar unos cuantos kilowatts.
La imagen es sublime en su absurdidad: funcionarios de alto nivel y trabajadores de Palacio Nacional recibiendo su bautizo diario de austeridad republicana mientras contemplan su cabello despeinado en los espejos de los baños. "Yo por la 4T, hasta despeinado", debería ser el nuevo eslogan no oficial.
¿En serio la dependencia encargada de las finanzas públicas de la quinta economía de América Latina está tan desesperada que necesita ahorrar en secadoras de pelo? ¿Este es el mismo gobierno que presume de tener finanzas sanas, récord en recaudación fiscal y que gasta miles de millones en obras faraónicas? Parece que a Hacienda solo le alcanza para megaproyectos, pero no para que sus funcionarios tengan un peinado decente.
Como diría la clásica canción de Chico Che que todos conocemos: "Oye, Bartola, a'i te dejo estos dos pesos..." parece ser el mensaje de Hacienda a sus trabajadores. Quizás el siguiente paso en esta cruzada de austeridad sea prohibir la carga de teléfonos celulares, o tal vez instalen bicicletas estáticas conectadas a generadores para que los funcionarios produzcan su propia electricidad mientras hacen ejercicio.
Lo verdaderamente hilarante es pensar que mientras se prohíben secadoras en los baños, a pocos metros de distancia se realizan reuniones donde se aprueban presupuestos de miles de millones de pesos. Esto no es austeridad republicana; es teatro del absurdo financiero.
Mientras tanto, los empleados de Palacio Nacional tendrán que conformarse con el secado al aire libre, al más puro estilo de la República Austera. Porque ya lo sabemos: la Cuarta Transformación empieza por tu cabello.
---
Sororidad, si no afecta al partido
En lo que constituye quizás la hipocresía política más flagrante del momento, los legisladores de Morena han demostrado nuevamente que su cacareada política "en favor de las mujeres" es tan sólida como un castillo de naipes en medio de un huracán.
Y es que mientras en Palacio Nacional se presume cada mañana el gabinete paritario como si fuera la octava maravilla del mundo, la maquinaria morenista en el Congreso trabaja silenciosamente para proteger a sus propios depredadores. Caso ejemplar: el diputado Cuauhtémoc Blanco, cuyo expediente haría sonrojar hasta al más experimentado abogado defensor.
El historial del ex futbolista y flamante legislador parece sacado de un manual sobre cómo acumular denuncias sin consecuencias: acusado de abuso sexual por su propia media hermana (¡su propia familia!), denunciado por violencia doméstica por su esposa, y señalado por la Fiscalía de Morelos —estado que tuvo la desdicha de tenerlo como gobernador— por un desfalco millonario que haría sonreír a cualquier cleptómano profesional.
Pero para la Sección Instructora de la Cámara de Diputados —controlada, qué casualidad, por el oficialismo— todos estos señalamientos carecen de la suficiente gravedad como para aprobar su desafuero. ¿Será que en el diccionario morenista las palabras "abuso sexual", "violencia doméstica" y "desfalco millonario" tienen algún significado alternativo que desconocemos?
Lo más sabroso del caso es el ensordecedor silencio de Citlalli Hernández, titular de la Secretaría de las Mujeres, quien repentinamente parece haber perdido la capacidad del habla. La misma funcionaria que no duda en pronunciarse sobre cualquier tema controversial cuando conviene a la narrativa oficial, ahora guarda un silencio tan profundo que podría confundirse con complicidad. ¿Dónde quedó aquello de "no somos iguales"?
Este caso ilustra a la perfección la máxima no escrita de la política mexicana actual: la defensa de las mujeres es prioridad absoluta... hasta que el acusado viste los colores del partido en el poder.
Como diría algún morenista despistado: "primero los pobres"... excepto cuando primero están los compañeros de partido acusados de delitos graves. Pero bueno, siempre quedará el consuelo de las conferencias mañaneras donde la paridad de género es un excelente tema para distraer de la impunidad que reina puertas adentro.
--
Se rajó el Fiscal carnal
La tragicomedia que protagoniza la Fiscalía General de la República ha añadido un capítulo más a su extenso repertorio de desplantes a víctimas. Esta vez, el escenario fue el infame Rancho Izaguirre en Teuchitlán, donde el protagonista principal —Alejandro Gertz Manero— brilló por su ausencia.
Como en una macabra obra de teatro del absurdo, el Fiscal General convocó personalmente a colectivos de buscadoras, organizaciones civiles, académicos y periodistas para visitar la escalofriante finca donde fueron hallados 154 pares de zapatos y más de 1,300 objetos pertenecientes a personas cuyo paradero sigue siendo un misterio. La promesa: él mismo encabezaría el recorrido. El resultado: plantón institucional al más alto nivel.
Y es que parece que para la FGR, los desaparecidos son prioridad solo en los discursos y comunicados oficiales. Cuando llega el momento de dar la cara ante madres y familias que han convertido la búsqueda de sus seres queridos en su misión de vida, repentinamente surgen "compromisos impostergables" en la agenda del Fiscal.
Lo verdaderamente cruel de este episodio es la falta absoluta de empatía: hacer que familiares de desaparecidos —quienes han sufrido ya lo inimaginable— se trasladen hasta un sitio que representa el horror más profundo, para luego dejarlos esperando como si fueran simples peticionarios de cualquier trámite burocrático.
El tour por el Rancho Izaguirre, lejos de ser el ejercicio de transparencia y compromiso que se prometió, terminó generando más indignación entre quienes menos merecen otro desplante institucional. Los colectivos no tardaron en expresar su molestia ante la falta de información y la evidente ausencia de seriedad por parte de las autoridades.
Quizás alguien debería recordarle a Gertz Manero que en el tema de desapariciones forzadas, su presencia debería ser tan inevitable como su firma en los documentos oficiales de la Fiscalía. Porque cuando se trata de las más de 110,000 personas desaparecidas en México, los plantones institucionales no son simples desaires protocolarios, son abandonos que se suman al abandono sistemático que ya padecen las víctimas.
Al final, esta ausencia del Fiscal dice más sobre las verdaderas prioridades de la FGR que cualquier discurso oficial sobre compromiso con los derechos humanos. Como reza el viejo adagio: las acciones (o en este caso, las ausencias) hablan más fuerte que las palabras.
---
La Rola de los Nopales Automáticos
Ayotzinapa 2.0
[INTRO]
Malabarismo retórico en cadena nacional
Que ningún payaso podrá jamás igualar
La presidenta Sheinbaum con cruel frialdad
Dice que Teuchitlán es piedrita en su caminar
[CORO]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[VERSO 2]
La Mañanera del Pueblo, monólogo unidireccional
"No es mi talón de Aquiles", declara con frialdad
Como quien descarta una mancha en traje presidencial
Mientras las familias buscan con desesperación
[CORO]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[PUENTE 1]
Culpan a los bots extranjeros
Ochenta y siete mil, hasta el último número
Mientras el rancho Izaguirre
Esconde historias que no quieren contar
[VERSO 3]
Ciento veinte mil desaparecidos, y contando
"Estamos tomando cartas", dice sin ruborizarse
Invoca al mesías tropical como su escudo
Mientras la tierra mexicana absorbe sangre que nadie ve
[PUENTE 2]
Crueldad, brutalidad, atrocidad, ferocidad, impiedad,
inhumanidad, sadismo, salvajismo, no lo ven.
En vez de ver a las madres llorando al excavar,
le dicen a todos que ellos las víctimas son.
[CORO FINAL]
¡Maroma chaira de pura crueldad!
Que a los desaparecidos ni siquiera ve
¡Incompetencia y magnanimidad!
Ayotzinapa 2.0, todos lo ven menos tú
[OUTRO]
Y la narrativa oficial sigue su curso,
Mientras México se sigue desangrando
La 4T nos sigue mintiendo
y el narco nos sigue destrozando