En el circo político mexicano la payasada y el ridículo legislativo alcanzan las más altas cumbres del absurdo con Morena regalándonos otr...
En el circo político mexicano la payasada y el ridículo legislativo alcanzan las más altas cumbres del absurdo con Morena regalándonos otro capítulo de su sainete constitucional: la guerra santa contra los vapeadores. Imaginen la escena: diputados sudorosos, más preocupados por regular dispositivos electrónicos que por resolver los verdaderos problemas nacionales, congregados en un parlamento que ya parece más un consultorio de hipocondríacos que una instancia legislativa.
López Obrador, el más alto representante del disparate nacional, empujó el prohibir los vapeadores en la Constitución como su contribución magistral a la historia de la estupidez legislativa. ¿Resultado? Un monumento jurídico al sinsentido donde la carta magna se convierte en un reglamento de dormitorio adolescente.
La ironía es demoledora: mientras el crimen organizado brinda un aplauso de standing ovation —acabamos de abrirles un próspero mercado negro—, los legisladores juegan a ser los nuevos guardianes de la salud pública no sólo aplicando una prohibición absurda, sino además rsurándole al sistema de salud mexicano 123 mil millones de pesos de su presupuesto. Ni un solo estudio científico, ni una referencia médica; solo el capricho presidencial convertido en ley.
Hablemos claro: estamos ante una intromisión tan grotesca en la vida privada que hasta los burócratas más mediocres de cualquier dictadura pasada o por venir se sonrojarían. La libertad individual reducida a un vapor prohibido, mientras los verdaderos problemas nacionales se evaporan como el humo de un cigarro electrónico.
El espectáculo político se completa con un dueto desafinado: por un lado, la presidenta luchando por consolidar su poder con García Harfuch como escudo; por otro, un Congreso y un Senado dirigidos por la batuta caprichosa de AMLO. Un equilibrio tan frágil que parece montado por un malabarista crudo.
Y mientras tanto, la gobernanza nacional se parece más a un reality show de política ficción. Morena se prepara para su inevitable autocanibalismo interno, rumbo a la ratificación de mandato en 2027. La pregunta del millón: ¿dónde cuernos está la oposición para recoger las migajas de este circo legislativo?
La prohibición de vapeadores será recordada como el momento en que la CPEUM perdió su última pizca de dignidad. El documento que alguna vez pretendió ser el contrato social más importante del país es ahora a un reglamento de club escolar.
México, el único país del planeta donde legislar es el arte del sinsentido, y donde su Constitución es cada vez más el borrador de una patética comedia política.