Fue una desfachatez de la presidenta Claudia Sheinbaum mandarle recado a gobernadores, gobernadoras, presidentes y presidentas municipales...
Fue una desfachatez de la presidenta Claudia Sheinbaum mandarle recado a gobernadores, gobernadoras, presidentes y presidentas municipales de que se han terminado los "moches". Con la desvergüenza que la caracteriza, proclamó que todo está etiquetado, que ya no habrá manera de hacer trapicheos y que deben dirigirse directamente a la Tesorería para tratar asuntos presupuestales.
El origen de este vergonzoso sistema de "moches" es digno de mención: fue el Partido Acción Nacional quien lo inauguró, con Marko Cortés como orquestador de este bodrio político. En aquella época, diputados federales cobraban literalmente un "diezmo" por tramitar presupuestos para gobernadores, municipios y proyectos. El mecanismo era simple pero corrupto: en la aprobación del Presupuesto de Egresos se dejaba un monto extra para repartir discrecionalmente, un festín de recursos públicos donde legisladores presumían de "obtener recursos extra" y futuros candidatos se atribuían logros, todo ello lubricado por una tajada de lo aprobado, de allí el nombre que se volvió apellido de no pocos gobernantes.
El "Fondo Moches" persiste, diga lo que diga Claudia Sheinbaum.
¿Pruebas? Las tengo. De enero a septiembre, Hacienda entregó 165.632 millones de pesos fuera de presupuesto, datos tomados directamente de la página web de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. El "Fondo Moches" ¡está más vivo que nunca!
Bertha Gómez Castro, Subsecretaria de Egresos, ya explicó el mecanismo: los convenios siguen siendo un desfalco con recortes aquí, justificaciones allá. La negociación ya no pasa por la Cámara de Diputados, ahora es directamente con "Papi Gobierno". El sistema no desapareció, simplemente se disfrazó de guinda.
Según el proyecto de Presupuesto de Egresos, los estados y municipios se embolsarán un suculento 28.5% del gasto público, ¡2.6 billones de pesos!
Y con ese fondo discrecional, lo único que cambió fue el nombre: de "moches" a "Convenios". Un eufemismo administrativo que traducido al español significa "seguir robando sin que me señalen con el dedo".
El único problema es que la Ley de Ingresos está tan alejada de la realidad que hasta El Señor de los Anillos tiene más credibilidad.
Y para los escépticos, los invito a no creerme: entren a la página de Hacienda, revisen el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2025 y los informes de Transferencias Federales de enero a septiembre de 2024. Verán que la 4T no es más que una película de ficción, un cuento donde los recursos públicos son el premio gordo para los políticos.
Los verdaderos ganadores son los políticos con ambiciones, que ahora usan el color guinda como manto de legitimidad para seguir haciendo de las suyas.
Los "moches" no desaparecieron. Simplemente cambiaron de mano, de color y de nombre. México sigue siendo, sin duda, la tierra de las oportunidades... única y exclusivamente para los políticos.