Dejemos claro algo: la caída del peso mexicano frente al dólar en este momento no es culpa de López Obrador. La responsable es la Reserva...
Dejemos claro algo: la caída del peso mexicano frente al dólar en este momento no es culpa de López Obrador.
La responsable es la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Este lunes, mientras escribo esto, el índice Dow Jones está perdiendo 755 puntos, pero más tempranito perdió poquito más de mil puntos.
Este caos ha provocado que el dólar cueste poco más de 20 MXN.
Insisto en que López Obrador no tiene que ver en esto, así como tampoco tuvo nada que ver con el tiempo en el que la divita estadounidense estuviera a veces por debajo de la banda de los 17 pesos.
En donde sí tiene responsabilidad es en que esta tormenta financiera nos agarre en el peor momento posible.
Las reformas que promueve el presidente López Obrador ya cobraron su cuota de inestabilidad financiera, y con el agregado del viernes y el lunes de terror que están viviendo los mercados mundiales no extraña que no sólo siga subiendo de precio el dólar, sin oque además esto provoque peores consecuencias para los mercados de México.
En materia financiera, si llueve en Estados Unidos aquí va a diluviar. Si hace aire en Estados Unidos, aquí va a haber huracán. Si da gripa allá en Estados Unidos, acá es una pulmonía.
Lo peor de todo es que la próxima reunión de la Reserva Federal, que inevitablemente deberá tener una consideración muy importante con respecto a las tasas de interés que han provocado este desbalance, va a ser hasta dentro de 44 días.
A diferencia de su contraparte mexicana, la Reserva Federal de Estados Unidos tiene la responsabilidad de equilibrar las finanzas con la generación de empleo, lo cual evidentemente se puso en segundo plano al tratar de combatir de forma agresiva la inflación.
Los empleos no agrícolas no alcanzaron la meta y el fantasma de la recesión económica estadounidense ha regresado.
México es particularmente débil ante estos indicadores, y recordemos que el único enemigo que no puede controlar la 4.ª transformación es precisamente el mercado, y si durante los siguientes 44 días las cosas empeoran, el gobierno saliente y entrante deberán poner estos datos ante su insistencia de aplicar una reforma profunda.
Por lo pronto el Dow Jones es el que está poniendo el verdadero terror. Y si a eso le añadimos el terror de la 4T, pues vaya que está servido el desmadre.