La tragedia de los productores de limón es la tragedia de todo el país, y en Michoacán ha adquirido ya niveles inverosímiles. Los product...
La tragedia de los productores de limón es la tragedia de todo el país, y en Michoacán ha adquirido ya niveles inverosímiles.
Los productores michoacanos pagan una cuota de extorsión de cuatro pesos por cada kilo cosechado de limón, una carga imposible de sostener porque este momento es temporada baja, y decidieron parar el corte del cítrico.
Pero ahora resulta que no sólo los criminales montaron en cólera, sino que emplazaron a los productores a reanudar de inmediato la cosecha, so pena de recibir una multa de un millón de pesos.
Parece un cuento de horror, pero es absolutamente cierto.
¿Desde cuándo el crimen organizado aplica multas?
Ayer en el programa nocturno de Pepe Cárdenas, el padre Goyo López, director del centro El Buen Samaritano, enderezó una denuncia brutal no sólo contra el crimen organizado, sino también contra el gobernador Ramírez Bedolla, a quien acusó de ser el principal criminal de todo Michoacán por permitir que los criminales hagan lo que les da la gana con los productores de Limón.
La tragedia michoacana es compartida por todo México, porque la política de "abrazos y no balazos" ha provocado que los criminales puedan abarcar prácticamente todas las actividades humanas, y añade un nuevo capítulo con el cobro de sanciones contra quienes no pueden pagarles las extorsiones.
Claudia Sheinbaum, muy tímidamente, dio a entender que está preocupada por el tema, y dijo que su administración va a pugnar por que se que se considere la extorsión como delito grave y que la Guardia Nacional haga más recorridos por esa zona.
Si Sheinbaum no hace algo más contundente y agresivo para controlar la increíble voracidad de los grupos criminales, muy pronto vamos a ver esto en la puerta de nuestra casa, con el tendero de toda la vida, con el carnicero, con los supermercados a los que van nuestros hijos y nuestros familiares.
Hay cálculos de los propios empresarios que dicen que ya consideran que puede alcanzar hasta un 30% el control criminal de las actividades económicas que ellos mismos generan, y en algunos casos así se han visto obligados a detener por completo la producción, o incluso mudarse de estado, porque el crimen organizado ya los trae de la cola.
Si Claudia Sheinbaum no hace algo para detener esto ahora, perdemos México.