Ahora sí López Obrador lo tiene hecho flor y botón. Y es que su problema con Washington es que a Washington ya no le importa López Obrado...
Ahora sí López Obrador lo tiene hecho flor y botón.
Y es que su problema con Washington es que a Washington ya no le importa López Obrador. Y eso le importa mucho a López Obrador.
Por eso ha estado cometiendo pifias cada vez más grandes a prácticamente 42 días de ya por fin largarse del poder.
López Obrador teme que Washington ahora sí tenga información privilegiada de cómo su administración y las anteriores administraciones apoyaron al narcotráfico abiertamente utilizando una red de complicidades que estuvo muy bien aceitada entre ellos por el ‘Mayo’ Zambada.
Por eso trató de intimidar a Washington dando a conocer información sobre el financiamiento de Washington a favor de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Y lo que pasó es que Washington le dijo “sí, no hay bronca... eso sí, pasaba ocho meses antes de la elección”.
Les importó un reverendo plátano.
Y peor todavía, la respuesta vino de un funcionario menor de Estados Unidos.
Por eso el presidente López Obrador está descolocado de su agenda, y no tiene nada de casual que haya apresurado una gira a Sinaloa, a la cual también arrastró por supuesto a Claudia Sheinbaum, para tratar de hacer ver la fuerza de su presidencia a Estados Unidos.
Pero Estados Unidos sabe perfectamente que ya se acabó el verdadero poder político del presidente López Obrador. Sabe que la pantomima que está ejerciendo en este momento López Obrador sólo tiene fuerza y arrastre entre su gente, los adictos a la 4T.
El silencio de Washington quiere indicarle algo muy claro al presidente: los estadounidenses ya tienen información privilegiada que involucra directamente a López Obrador con allegados suyos que sirvieron de contacto con el ‘Mayo’ Zambada, y uno de ellos es precisamente el gobernador Rocha Moya, que fue siempre un contacto permanente entre López Obrador y el dinero del narcotraficante.
López Obrador le tiene pavor a la larga mano de Washington, que sabe extenderse más allá de las fronteras de México. Sabe que no está a salvo en “La Chingada”.
En donde está el interés de Washington es con Claudia Sheinbaum, que está recibiendo una presidencia cooptada, ilimitada y llena de huecos propicados por la administración saliente, y que son los puntos débiles para la verdadera presión de estados Unidos.
Claudia tendrá que sopesar seguir protegiendo al ícono o poder negociar con los norteamericanos. Las matemáticas van en contra del macuspano.
Y todavía restan 42 días para ver más bandazos y errores de la administración de López.
Yo listo con mis palomitas.