Mientras Donald Trump se dirige a Milwaukee la próxima semana para la Convención Nacional Republicana, el punto culminante hasta ahora de su...
Mientras Donald Trump se dirige a Milwaukee la próxima semana para la Convención Nacional Republicana, el punto culminante hasta ahora de su campaña de reelección, la amenaza que enfrenta por sus cuatro casos penales ha alcanzado lo que parece ser un punto bajo.
No hace mucho tiempo, Trump se enfrentaba a una perspectiva desalentadora: presentarse para aceptar la nominación de su partido a la presidencia con quizás dos condenas penales y posiblemente una sentencia de prisión sobre sus hombros.
Pero aunque un jurado lo encontró culpable esta primavera de 34 cargos de delito grave en Manhattan, no enfrentará castigo por ninguno de esos crímenes hasta al menos dentro de dos meses y parece casi seguro que evitará ir a juicio en cualquiera de sus otros tres casos hasta mucho después de las elecciones de noviembre.
Todo esto ha liberado a Trump para usar la convención de casi una semana como plataforma de lanzamiento para una campaña electoral dirigida a un segundo mandato, donde denunciará lo que él afirma es la "instrumentalización" del gobierno en su contra.
Aunque Trump todavía enfrenta órdenes de restricción que limitan lo que puede decir sobre algunos de los participantes en sus casos, se dirige a Wisconsin sintiéndose optimista sobre sus posibilidades de eventualmente derrotar las acusaciones en su contra o de que se desestimen los casos federales que enfrenta, si gana las elecciones.
Su éxito hasta ahora en evitar las consecuencias legales más graves es en gran medida el resultado de su persistente estrategia de buscar retrasar sus casos tanto como sea posible y el fallo histórico de la Corte Suprema este mes que le otorga amplia inmunidad por actos que realizó en su rol oficial como presidente.
Ese golpe de uno-dos le ha permitido efectivamente llegar a su coronación como candidato republicano con mucho menos carga legal de la esperada.
Los efectos dominó del fallo de inmunidad
De manera más inmediata, su audiencia de sentencia en el caso de Nueva York, que originalmente estaba programada para hoy, se ha pospuesto hasta el 18 de septiembre. La audiencia se pospuso para que los abogados de Trump y los fiscales de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan puedan debatir los efectos que el fallo de la Corte Suprema sobre la inmunidad podría tener en el veredicto de culpabilidad.
La decisión de inmunidad surgió del caso federal que Trump enfrenta en Washington, donde se le acusa de planear subvertir las elecciones de 2020. Al final, puede que no tenga mucho impacto en la condena en Manhattan, que en gran parte involucró la conducta personal de Trump, es decir, sus esfuerzos para encubrir un escándalo con una estrella porno que amenazaba con descarrilar su primera candidatura a la Casa Blanca.
Aun así, sus abogados han argumentado en presentaciones judiciales que los fiscales construyeron su caso al menos en parte sobre el testimonio de ex ayudantes como Hope Hicks, que trabajaron con él mientras estaba en la Casa Blanca. Bajo el fallo de la Corte Suprema, los fiscales no pueden citar pruebas que involucren actos oficiales de un presidente para respaldar acusaciones basadas en su conducta personal.
El caso de los documentos
El equipo legal de Trump también está tratando de usar la decisión de inmunidad para retrasar su otro caso federal, el de Florida, donde se le ha acusado de retener ilegalmente docenas de documentos clasificados después de dejar el cargo.
El caso de los documentos ya se movía a un ritmo glacial en gran parte porque Aileen Cannon, la jueza que lo supervisa, ha aceptado una serie de audiencias que consumen mucho tiempo sobre casi todos los argumentos legales de la defensa, sin importar cuán descabellados sean.
La semana pasada, los abogados de Trump volvieron a Cannon con una nueva solicitud, pidiéndole que casi por completo detuviera el caso mientras luchan con el fiscal especial, Jack Smith, sobre si el fallo de inmunidad debería aplicarse a los cargos de los documentos.
La posición de Trump —que el fallo sí aplica— es un estiramiento, dado que la acusación lo acusa de retener voluntariamente los materiales secretos después de dejar la Casa Blanca y luego obstruir los esfuerzos del gobierno para recuperarlos de su residencia post-presidencial en Florida.
Aun así, hay pasajes en la acusación que podrían sucumbir al fallo de la Corte Suprema que prohíbe que se use cualquier prueba sobre actos oficiales para probar un caso. Uno de esos pasajes busca explicar el conocimiento de Trump sobre las sensibilidades relacionadas con materiales clasificados al señalar que "como parte de sus deberes oficiales como presidente, Trump recibió informes de inteligencia de altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos".
No está claro cuán en serio tomará Cannon todo esto, incluida la solicitud de la defensa de detener el caso mientras se considera la cuestión de la inmunidad. Una y otra vez, ella ha mostrado su disposición a conceder una audiencia seria a las afirmaciones de Trump que muchos otros jueces habrían rechazado de plano.
El fallo de inmunidad también remodelará el caso penal ya estancado de Trump en Georgia, donde se le acusa de participar en una amplia conspiración de crimen organizado para manipular los resultados de las elecciones del estado.
El caso de interferencia electoral
El único procedimiento donde aún podría haber una oportunidad para que los fiscales presenten sus pruebas contra Trump antes de que los votantes acudan a las urnas es el caso de interferencia electoral en Washington.
La jueza Tanya Chutkan, que preside el asunto, ha sido dirigida por la Corte Suprema a clasificar las muchas alegaciones en la acusación contra Trump para determinar cuáles pueden sobrevivir y cuáles tendrán que ser desechadas porque surgen de actos oficiales que realizó en el cargo.
Esa misión de averiguación de hechos podría llevar a una audiencia, que se asemeje a una especie de mini-juicio, donde Smith y su equipo podrían presentar algunas de sus pruebas contra Trump.
Si habrá una audiencia de ese tipo dependerá en gran medida de cómo Chutkan maneje la avalancha de mociones que los abogados de Trump planean presentar no solo para reducir el alcance del procedimiento, sino también para posponerlo, como han hecho antes, hasta después de las elecciones.
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