La impugnación de la elección por parte de la oposición no es para revertir los resultados, ni mucho menos para cancelar o anular la elecció...
La impugnación de la elección por parte de la oposición no es para revertir los resultados, ni mucho menos para cancelar o anular la elección. El que crea eso está operado del coco, y el que divulgue que es para eso está jodido, como es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, que en la mañana reprochó la impugnación haciendo memoria de que él había la presidencia en 2006 por menos de un punto porcentual, mientras que Sheinbaum ganó en esta ocasión por más de 30 puntos.
No va por ahí el asunto.
La idea de la impugnación es específica y estrictamente para tratar de evitar que otra vez, en algún futuro muy cercano, la presidencia vuelva a ser utilizada como casa de campaña, para evitar que los programas sociales sean una herramienta política, y para evitar que el narco se meta hasta la cocina en el tema electoral.
¿Por qué se necesita el mecanismo de la impugnación? Si este asunto de la inequidad en la contienda política se dirimiera única y exclusivamente en los medios de comunicación, pues entonces se iría directito al club de las anécdotas. No tendría ninguna utilidad pública el hecho de estarlo mencionando en medios o en las redes sociales.
Sin embargo, si se impugna la elección por las cosas que sucedieron a lo largo del proceso electoral, pues entonces necesaria y forzosamente se tendrá que judicializar el proceso y comprobar legalmente la descarada intervención de la Presidencia, la utilización de los programas sociales como herramienta electoral, y la intervención del narco por obra y gracia de la Presidencia de la República. Hasta entonces esto se puede convertir en un proceso legal que tenderá a ser utilizado así como elemento jurídico y la generación de jurisprudencia para que no vuelva a suceder esto.
Si el presidente López sigue llamando a sus solovinos para que le crean sus tradicionales mentiras, pues chido... pero lo profundo e importante es que no vuelva a suceder, que no vuelva a pasar que la Presidencia de la República se convierta en casa de campaña.
Claudia Sheinbaum será la presidente, no hay vuelta atrás. Punto.
Hoy el tema clave es comenzar a construir el andamiaje legal que impida el marranero que vimos los últimos tres años y durante todo el proceso electoral. Que no volvamos a ver nunca más jamás en la vida esa vergonzosa forma de hacer política en México.
Esa es la verdadera batalla de la impugnación de las elecciones.