Es una estupidez pretender eliminar por completo a los diputados plurinominales. Por más gordos que nos caigan los partidos o los propios po...
Es una estupidez pretender eliminar por completo a los diputados plurinominales. Por más gordos que nos caigan los partidos o los propios políticos, son necesarios. Son importantes. Y es increíble que esto se tenga que explicar a estas alturas, pero siempre vale la pena hacer ese ejercicio.
Como su nombre lo indica, la representación proporcional corresponde a los votos que obtienen los partidos. Es un principio democrático que permite que todas las voces políticas en México tengan un espacio en la Cámara de Diputados, siempre dependiendo de la cantidad de votos que la gente le otorgue justamente a esos partidos políticos. Ese es el principio de representación proporcional.
Si se hiciera como lo pretende Claudia Sheinbaum, que abiertamente se pronunció al final del debate por eliminar todos los plurinominales, pues entonces habría una desproporción de representación en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores.
Hagamos un rápido ejercicio matemático. Si esta propuesta que tanto intentó impulsar López Obrador y que ahora pretende impulsar Claudia Sheinbaum, hubiera estado ya vigente en el 2012, con el 32% de la votación el PRI hubiera tenido en la Cámara de Diputados el 52.7% de la representación. Si hubiera estado vigente en el 2018, con el 42% de la votación MORENA hubiera tenido el 75% de la Cámara de Diputados.
Esto nos está mostrando que no hay ninguna inocencia, ni tampoco un afán de llevar la voz de la gente a la máxima tribuna del país. El de MORENA es un apetito monárquico.
Irónicamente, los partidos que más se beneficiaron de esta reforma que se aplicó en 1977 fueron justamente los partidos de izquierda que no tenían representación, ni voz, ni voto ni nada antes de esa fecha. El PRI cedió a implementar tímidamente lo más parecido a un parlamentarismo europeo en la democracia mexicana, y es entonces cuando esas voces discordantes empezaron a surgir de manera importante.
Es muy cierto que los partidos políticos recientemente parecen estar postulando a lo peor de lo peor para las posiciones plurinominales, pero por muy abyectos que sean, también seleccionan a lo mejor que tienen -la mayoría de las veces también hay que decirlo-, y son precisamente esas personas las que sirven de contrapeso a las decisiones políticas que se hacen en una democracia, para bien o para mal.
Vivimos en una democracia y entonces el parlamentarismo, o lo más cercano al parlamentarismo, hace necesario que se escuchen las voces de todos y que influyan en las modificaciones legales. Eso es la democracia, y es lo que pretende eliminar MORENA.
Por fortuna, de acuerdo a los momios, parece ser que no va a suceder. Sería una tragedia que México volviera a la situación anterior a 1977.