Mañana marca un dudoso hito para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que está programada la inauguración de un segmento inicial d...
Mañana marca un dudoso hito para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que está programada la inauguración de un segmento inicial del tren Maya. Sin embargo, una reciente investigación del periódico El Universal ha revelado que la infraestructura en la zona de inauguración está lejos de estar lista. De hecho, el tren Maya será inaugurado en condiciones similares a las de la refinería de Dos Bocas y al Aeropuerto Felipe Ángeles, previamente "inaugurados" sin estar plenamente operativos. En algunas áreas, solo se encuentran las vías, sin señalización, accesos o estaciones completas.
Este patrón de inaugurar obras inacabadas o disfuncionales plantea cuestionamientos sobre las decisiones del presidente y su prioridad en completar proyectos antes de presentarlos al público.
El caso de Dos Bocas y del AIFA se revelaron como una farsa, una representación vacía que solo ha logrado ser eso, un ridículo descomunal. En otras naciones, las inauguraciones de proyectos ocurren cuando están completamente terminados, lo que hace que la situación en México sea aún más peculiar y digna del diván del psicólogo.
El empeño del presidente por "silenciar" a los opositores parece llevarlo a perder el sentido de la realidad, arrastrando consigo a sus seguidores. La lealtad ciega hacia él se manifiesta en personas que, al parecer, están dispuestas a defender cualquier acción, por más incompleta o disfuncional que sea. El hábito de inaugurar obras inacabadas añade un elemento adicional de preocupación, especialmente en el caso del tren Maya, que transportará personas. A diferencia de la refinería y el aeropuerto, este proyecto implica riesgos reales para la seguridad de los usuarios, dada la falta de infraestructura básica en prácticamente todos sus tramos, incluyendo el que va a inaugurar.
El reportaje del periódico El Universal no solo ofrece una visión detallada de la situación actual de estas obras, sino que también pone de manifiesto el menosprecio del presidente hacia la seguridad y el bienestar de la población. La manera en que el líder dispone de la gente para sus fines políticos es alarmante, y esta falta de empatía se manifiesta claramente en la inauguración de proyectos que podrían poner en peligro la vida de quienes los utilizan.
Pocas veces he deseado estar equivocado, y esta es precisamente una de ellas.