El tema de la inseguridad que nos aplasta a los mexicanos es inevitable en la comentocracia política. Sin embargo, hay que decirlo: echarle ...
El tema de la inseguridad que nos aplasta a los mexicanos es inevitable en la comentocracia política. Sin embargo, hay que decirlo: echarle la culpa exclusivamente a los políticos de la inseguridad que estamos viviendo es cerrar los ojos. Ciertamente nos indigna que en este sexenio haya más de 160.000 muertos, como nunca los ha habido. Pero también son muertos que se han ido acumulando a lo largo de estos últimos cuatro o cinco sexenios, que no son solamente responsabilidad de los políticos, son responsabilidad de todos. Los muertos de, vamos a decirlo así, de atrás para adelante.
Los muertos de Fox. Los muertos de Calderón. Los muertos de Peña Nieto. Los muertos del actual presidente Andrés Manuel López Obrador no son solamente de él, son nuestros. Los pusimos todos. Los mexicanos hemos sido particularmente omisos e irresponsables al endilgarle exclusivamente la responsabilidad de atacar la inseguridad a los políticos. Y las consecuencias están ahí: desastrosas y vergonzosas.
Sabemos los mexicanos perfectamente que la batalla del tema de seguridad la hemos perdido desde hace mucho tiempo. Hoy por hoy, los cárteles son muchísimo más fuertes. El crimen organizado es muchísimo más fuerte y, por supuesto, la parte peor, la sociedad también ya no solamente comenzó a tolerar esas actividades, sino incluso también a incorporarla como un método de vida.
Lo que vimos hace poquito en Chilpancingo, en Guerrero específicamente, hubo unos periodistas que incluso dijeron que esas 2000 personas que estaban manifestándose a favor de que se liberara a un par de cabecillas de un grupo armado denominado ‘Los Ardillos’ estaban secuestradas y estaban siendo obligadas a manifestarse en contra de la captura de estas personas. Pero para nada, no es cierto.
Esas 2000 personas estaban defendiendo su forma de vida, su manera de generar recursos. Nadie los obligó. Estaban defendiendo justamente a los integrantes de ese cártel. Y es una situación que impera cada vez en más regiones. Hay cada vez más personas, cada vez más familias, cada vez sistemas económicos completos que están dependiendo cada vez más justamente del crimen organizado, de las actividades de las bandas delictivas, y entonces la gente empieza ya a defenderlos porque es un método para poder seguir subsistiendo. Ante esto, mire, ahí le va, en este video no voy a responsabilizar a ningún político, porque insisto, la responsabilidad es de todos los mexicanos y la responsabilidad de todos los mexicanos y la responsabilidad de quienes nos vayan a gobernar en las próximas o en el próximo 2024. Ya sea Morena o ya sea alguien de la oposición, es necesario que hagan algo realmente integral para poder recuperar la certeza para todos los mexicanos y recuperarla implica medidas muy dolorosas, muy dolorosas. No se trata nada más de armar a las policías hasta los dientes, eso lo hubiéramos hecho hace 20 años. Ahora los cárteles tienen mejores armas que las policías estatales y municipales.
Eso ya nos rebasó. No se trata de legalizar las drogas, eso lo hubiéramos hecho hace 15 años. No, ya no es necesario ¿sabe por qué?. Porque los cárteles han diversificado su forma de hacer negocios. Y ahora no solamente hacen trasiego de drogas, ahora extorsionan, ahora cobran piso, ahora regulan la vida económica de muchas regiones enteras, ahora se dedican al huachicol, ahora se dedican a gestionar la prostitución, ahora se dedican a cobrar derecho de piso en aduanas completitas y hasta incluso se dan el lujo de presionar al gobierno.
Eso ya se nos fue desde hace bastante tiempo. Y ojo, armar a las policías y sobre todo a las municipales, ante esta situación, puede ser que sea muy mala idea, porque esas armas van a beneficiar a los cárteles de las drogas. Resolver todo esto implica un proceso muy doloroso que tenemos que hacer los mexicanos. Y ese proceso doloroso implica entonces que sea un proyecto de seguridad integral, que también pase por cerrarle la puerta económica a los cárteles de la droga y al crimen organizado.
Y esto pasa por controles aduanales muchísimo más estrictos, por medidas financieras y fiscales muchísimo más fuertes, y a muchos no nos va a gustar. Por supuesto, medidas vamos aduanales y fiduciarias que van a ser o se podrían ver, incluso hasta draconianas, meterle un demonial de dinero precisamente a la vigilancia de las autoridades por las cuales pasan los temas, sobre todo económicos, porque alguien los tiene que vigilar y esto va a pasar por ralentizar muchas actividades económicas, y sociales que para qué le cuento a usted...
Y bueno, un sinfín de muchos ‘peros’ a los cuales mucha gente se podría oponer, porque evidentemente esto va a ralentizar muchísimas cosas, y espéreme, faltaría también que también tuviéramos que tolerar la presencia del ejército en prácticamente toda la vida social y ver más cuarteles, en más zonas, no solamente rurales, sino también urbanas. Y esto significaría no solamente tolerar la presencia del ejército mexicano en las calles, sino también ver que hay retenes, que también hay vigilancia, que también hay una sensación en la cual de pronto la legalidad tuviera que ser puesta e impuesta a sangre y a fuego.
Y son medidas que a los mexicanos no nos gustan. Bueno, ¿a qué sociedad le va a gustar tener semejante cosa? Pero la realidad ya no nos alcanzó: nos sobrepasó ya hace un montón de años. Son medidas terribles y dolorosas, y por eso a mí me parece realmente, hasta cierto punto payaso, que todo el mundo se haya volcado en contra de Marcelo Ebrard -va a estar complicado su tema, pero bueno-, porque él fue el único aspirante que ha presentado una propuesta -mocha, pero es una propuesta- en materia de seguridad. En vez de revisarla, en vez de reconocer que tiene razón Marcelo Ebrard en ese sentido de que la seguridad es el principal problema de México, ah no... Allí se le van todos, sobre todo los políticos que van a en contra de él, a criticarlo y a reventarle el hocico. Por lo menos hay que decirlo: es la única corcholata que ha reconocido que el problema de la inseguridad en México es serio, es complicado y nos está ahogando como país. Ahora México es una referencia internacional. Ahora hay países que utilizan la “mexicanización” para hablar del incremento de la violencia en sus propios territorios.
Eso es en lo que se ha convertido México. Eso es en lo que hemos permitido que se convierta México. Insisto yo: echarle la culpa a los políticos nada más por el fracaso brutal y vergonzoso en materia de seguridad, es ser muy hipócritas. La culpa es de todos nosotros, de todos los mexicanos, porque permitimos que gente sin capacidad tomara en sus manos todo esto. Y no hablo nada más de esta administración, hablo de por lo menos cinco administraciones atrás.
Lo que toca y lo que sigue es doloroso, pero muy necesario.
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