El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que está dispuesto a proporcionar vacunas contra el COVID-19 a migrantes indocumentados en E...
El martes del gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, miembro del partido Republicano, el del presidente Donald Trump, dijo que no esperaba que trabajadores ilegales recibieran vacunas contra la enfermedad, lo que provocó críticas de defensores de salud pública y de los migrantes.
Los comentarios de Ricketts se refirieron a trabajadores de plantas empacadoras de carne en su estado, sobre los que dijo que solo si eran residentes legales podrían trabajar en ellas, por lo que los "inmigrantes ilegales" no podrían formar parte del programa de vacunación.
"Es un derecho universal. Lo haríamos", dijo López Obrador en su habitual rueda de prensa diaria al consultársele si México inmunizaría a los inmigrantes indocumentados en la nación vecina, una gran parte de ellos ciudadanos mexicanos, pero no dio más detalles.
Según el Migration Policy Institute, con sede en Washington, el 14% de los trabajadores empacadores de carne de Nebraska son migrantes indocumentados. En primavera hubo brotes de COVID-19 en esas fábricas en Estados Unidos, lo que ayudó a propagar el coronavirus en zonas rurales, donde se concentran las plantas.
Roberto Velasco, director general para América del Norte de la cancillería mexicana, respondió a Ricketts el martes por la noche.
"Privar a los trabajadores esenciales indocumentados de la vacunación #covid19 va en contra de los derechos humanos básicos", escribió en Twitter, incluyendo el nombre de usuario en Twitter de Ricketts y citando el texto de la declaración de derechos humanos de la ONU.
La representante federal Alexandria Ocasio-Cortez, líder pro-inmigrantes en el partido demócrata, del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, también cuestionó el plan. "Imagínese ser tan racista que hace todo lo posible para asegurarse de que las personas que preparan su comida no estén vacunadas", escribió en Twitter.