(Reuters) - Los 1.250 acres de campos irrigados son los más valiosos en la granja de Troy Schneider en el este de Colorado, ya que los rendi...
(Reuters) - Los 1.250 acres de campos irrigados son los más valiosos en la granja de Troy Schneider en el este de Colorado, ya que los rendimientos del maíz en su condado generalmente son más de tres veces superior en esas tierras que en los suelos más secos.
Pero este año, con la contracción de la economía y la caída de la demanda de biocombustible a base de maíz, Schneider no está plantando cultivos comerciales bajo el sistema de rociadores en 125 de esos acres. Calculó que tendría más sentido financiero cultivar pasto para sus vacas.
"Con la economía cerrada, el precio bajó demasiado", dijo. "¿Por qué arriesgarse? Vas a perder dinero en todo".
Los agricultores rutinariamente hacen cambios en sus intenciones de superficie sembrada a medida que avanza el calendario, sustituyéndolos en diferentes cultivos si el clima estropea sus planes originales. Pero dejar el suelo al descubierto es un territorio nuevo.
Los datos de superficie más recientes del gobierno mostraron que las siembras de maíz y algodón en particular estuvieron muy por debajo de las expectativas iniciales.
La pandemia de coronavirus hizo que muchos agricultores abandonaran su cosecha de maíz incluso antes de que estuviera en tierra.
Al calcular sus planes para 2020, habían visto al maíz como el cultivo con más probabilidades de generar ganancias, ya que las tensiones con China amenazaban con agitar el programa de exportación de soja incluso después de que Pekín y Washington firmaron un acuerdo comercial de Fase 1 en enero.
Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos publicado en marzo mostró que los agricultores habían planeado sembrar 96,999 millones de acres del grano, lo que habría sido la segunda mayor extensión desde la Gran Depresión.
Pero la demanda de etanol, un biocombustible a base de maíz mezclado con gasolina, se hundió a medida que los casos de COVID-19 se extendían por todo el país y la gente se quedaba en casa. Eso provocó que los mercados de maíz se desplomaran justo cuando los agricultores encendían sus tractores para la temporada de siembra.
"Cuesta dinero sacar una cosecha", dijo Jim Gerlach, presidente de la operadora estadounidense A/C Trading. "Es mejor no ganar nada que perder dinero".