Lucía Calderón / Notimex Jorge Gaspar Hernández, director del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, calificó de positivo que h...
Lucía Calderón / Notimex
Jorge Gaspar Hernández, director del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, calificó de positivo que haya austeridad en los presupuestos, pero advirtió de los efectos que el recorte tendrá en la salud de la población.
“Sí necesitamos comunicar a las autoridades que estas medidas de austeridad no es conveniente aplicarlas a la salud, esto puede tener consecuencias para la población que no solamente van a ser de momento, sino que pueden afectar a generaciones futuras”, sostuvo luego de participar en un taller de periodismo científico.
Explicó que en el caso de los institutos dedicados a la investigación y la salud, el recorte para 2019 ascendió a mil 600 millones, de los cuales han restituido 800 y se espera que en lo que resta del año se canalice lo que hace falta.
Actualmente, apuntó, los administradores de los institutos tienen reuniones con la Oficialía Mayor de Hacienda para llegar a un acuerdo sobre la restitución del presupuesto.
“Hubo un recorte para todos; afortunadamente hemos sido escuchados por las autoridades. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, sin duda es sensible a esto y nos ha apoyado y escuchado la oficial mayor, la maestra Raquel Buenrostro, con la que hemos tenido reuniones”, comentó.
Gaspar Hernández detalló que el instituto a su cargo atiende a una gran parte de la población mexicana con problemas del corazón y precisó que 90 por ciento de esos pacientes no pagan por el servicio y la atención que se les brinda.
El presupuesto del Instituto de Cardiología proviene de aportaciones del gobierno federal y del patronato de la propia institución y un pequeño porcentaje del pago de servicios de algunos pacientes, refirió.
Por ello, consideró que la austeridad no puede ser aplicada a la salud, "el apoyo no se le puede recortar”, pues instituciones como la que dirige requieren de más plazas y ampliar sus instalaciones en el área de urgencias y contratar a más personal.
El especialista precisó que en el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” colaboran dos mil 105 trabajadores, entre personal médico, de enfermería, investigadores y administrativos.
Sí hacen falta plazas, porque tenemos el personal casi necesario, pero una cosa importante es que esto lo estamos teniendo no por plazas, que vienen del recurso federal, "sino que el recurso consigue el patronato”, concluyó.
“Sí necesitamos comunicar a las autoridades que estas medidas de austeridad no es conveniente aplicarlas a la salud, esto puede tener consecuencias para la población que no solamente van a ser de momento, sino que pueden afectar a generaciones futuras”, sostuvo luego de participar en un taller de periodismo científico.
Explicó que en el caso de los institutos dedicados a la investigación y la salud, el recorte para 2019 ascendió a mil 600 millones, de los cuales han restituido 800 y se espera que en lo que resta del año se canalice lo que hace falta.
Actualmente, apuntó, los administradores de los institutos tienen reuniones con la Oficialía Mayor de Hacienda para llegar a un acuerdo sobre la restitución del presupuesto.
“Hubo un recorte para todos; afortunadamente hemos sido escuchados por las autoridades. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, sin duda es sensible a esto y nos ha apoyado y escuchado la oficial mayor, la maestra Raquel Buenrostro, con la que hemos tenido reuniones”, comentó.
Gaspar Hernández detalló que el instituto a su cargo atiende a una gran parte de la población mexicana con problemas del corazón y precisó que 90 por ciento de esos pacientes no pagan por el servicio y la atención que se les brinda.
El presupuesto del Instituto de Cardiología proviene de aportaciones del gobierno federal y del patronato de la propia institución y un pequeño porcentaje del pago de servicios de algunos pacientes, refirió.
Por ello, consideró que la austeridad no puede ser aplicada a la salud, "el apoyo no se le puede recortar”, pues instituciones como la que dirige requieren de más plazas y ampliar sus instalaciones en el área de urgencias y contratar a más personal.
El especialista precisó que en el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” colaboran dos mil 105 trabajadores, entre personal médico, de enfermería, investigadores y administrativos.
Sí hacen falta plazas, porque tenemos el personal casi necesario, pero una cosa importante es que esto lo estamos teniendo no por plazas, que vienen del recurso federal, "sino que el recurso consigue el patronato”, concluyó.