Según testigos, el tiroteo comenzó a las 4:20 horas de la madrugada. (Foto: Archivo/Cuartoscuro) Muerte, gritos y tortura es lo que según ve...
Según testigos, el tiroteo comenzó a las 4:20 horas de la madrugada. (Foto: Archivo/Cuartoscuro)
Muerte, gritos y tortura es lo que según versiones ocurrió hace cinco años en la matanza de Tlatlaya, Estado de México, donde de acuerdo con declaraciones del Ejército, un convoy militar se enfrentó a un grupo de civiles armados en una bodega porque los atacaron y ellos se defendieron.
De acuerdo con la historia del Ejército, el 30 de junio de 2014, al menos ocho militares del 102 Batallón de Infantería realizaban un reconocimiento de ruta a bordo de una unidad oficial, cuando pasaron por la bodega (en construcción) y notaron que no había puertas.
El sargento de Infantería ordenó al vehículo detener su marcha, tras notar a una persona armada, quien cuidaba la bodega.
Según testigos, el tiroteo comenzó a las 4:20 horas de la madrugada y tuvo un saldo final de 22 muertos, de los cuales 13 presentaron signos de tortura y golpes. Además hallaron supuestamente a tres personas secuestradas.
Luego de las averiguaciones, se comprobó que la escena del crimen fue alterada y según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la única intención era simular las muertes que dejó el enfrentamiento.
En septiembre del mismo año de los hechos, Clara Gómez, una testigo, desmintió a los militares y denunció que los uniformados habían ejecutado a las víctimas, pese a que se habían rendido y dos testigos más reforzaron esa versión.
Clara dijo que llegó al lugar para buscar a su hija de 15 años, quien falleció ahí y que presuntamente estaba secuestrada por el grupo armado.
Una mujer declaró que se hizo pasar como víctima. (Foto: Archivo/Cuartoscuro)
Sin embargo, Patricia declaró para El Universal que llegó al municipio de Tlatlaya por que fue contratada como sexoservidora.
Comentó que arribó al Estado de México cuatro días antes del incidente (el jueves 26 de junio) y se encontró con su novio, lo que le permitió conocer a otras mujeres que convivían con el grupo armado. Entre ellas, Cynthia Nava, una de las sobrevivientes.
Relató que al arribar había una camioneta blanca con 12 hombres armados y luego se movieron a otro sitio de terracería. “Cuando llegué vi a Cynthia, también a la hija de Clara (Erika) y a dos mujeres más, una de ellas hermana de Cynthia".
Al preguntarle si sabía el nombre de la organización a la que pertenecían los grupos, su pareja le negó los datos y se aseguró de que no conociera detalles sobre la operación de esa unidad.
Se la pasaron cambiando de lugar por dos días, hasta que llegó el momento de moverse a la bodega de Tlatlaya, Estado de México.
Patricia detalló que el contacto que tuvo con Clara antes del enfrentamiento fue a través de una llamada telefónica, ya que uno de los hombres le pidió su celular. El sujeto le dio dos números y al marcar uno de ellos, la mujer (Clara) recibió indicaciones para ir a la bodega.
La madrugada del lunes es cuando ocurrió todo, de acuerdo con la testigo, ella y su novio se fueron a la parte trasera de la bodega.
Era noche y lloviznaba y su pareja salió a hacer un rondín de guardia, luego se desató la balacera y todos gritaron “cayeron los contras”. Las palabras de otros fueron: “Ríndanse, llegó el Ejército”.
Y ella, junto con Cynthia se amarraron con unos alambres que encontraron para fingir ser víctimas de secuestro.
En tanto, peritos de la CNDH hicieron un mapa para rememorar el día de los hechos, donde encontraron 22 cadáveres en la bodega y con el fin de distinguir los que murieron por probable enfrentamiento, otros de fuego cruzado y otros privados de la vida ilegalmente.
Las versiones de elementos del Ejército no coinciden. (Foto: Archivo/Cuartoscuro)
Según el informe de la Secretaría de Marina (Semar), a las 5:15 horas, un comandante de la Base de Operaciones en el Estado de México, recibió una llamada y de manera anónima revelaron sobre las detonaciones.
A las 5:20, el comandante de Infantería recalcó que sí se había registrado un enfrentamiento y que personal naval se trasladó al lugar. Sin embargo, militares que participaron en el suceso dijeron que a las 6:00 se solicitó el apoyo, versiones que no coinciden.
Un juez ordenó reaprehender a siete militares implicados en la matanza de Tlatlaya, quienes fueron liberados en 2016 por falta de pruebas.
El sexto Tribunal Unitario del Estado de México resolvió un recurso de apelación en el que consideró que la Fiscalía General de la República (FGR) debe regresar a prisión a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para ser enjuiciados por ejercicio indebido del servicio público.
Peritos de la Procuraduría del Estado dijeron que se trató de un enfrentamiento equitativo entre soldados y presuntos delincuentes.
Muerte, gritos y tortura es lo que según versiones ocurrió hace cinco años en la matanza de Tlatlaya, Estado de México, donde de acuerdo con declaraciones del Ejército, un convoy militar se enfrentó a un grupo de civiles armados en una bodega porque los atacaron y ellos se defendieron.
De acuerdo con la historia del Ejército, el 30 de junio de 2014, al menos ocho militares del 102 Batallón de Infantería realizaban un reconocimiento de ruta a bordo de una unidad oficial, cuando pasaron por la bodega (en construcción) y notaron que no había puertas.
El sargento de Infantería ordenó al vehículo detener su marcha, tras notar a una persona armada, quien cuidaba la bodega.
Según testigos, el tiroteo comenzó a las 4:20 horas de la madrugada y tuvo un saldo final de 22 muertos, de los cuales 13 presentaron signos de tortura y golpes. Además hallaron supuestamente a tres personas secuestradas.
Luego de las averiguaciones, se comprobó que la escena del crimen fue alterada y según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la única intención era simular las muertes que dejó el enfrentamiento.
En septiembre del mismo año de los hechos, Clara Gómez, una testigo, desmintió a los militares y denunció que los uniformados habían ejecutado a las víctimas, pese a que se habían rendido y dos testigos más reforzaron esa versión.
OTRA VERSIÓN
Patricia, de 29 años de edad y sobreviviente, afirmó que tanto ella como Clara Gómez, quien fue pieza clave en el expediente de investigación contra los militares acusados, estaban en el sitio del enfrentamiento por su voluntad y acompañaban a los integrantes del supuesto grupo de sicarios que disparó contra el Ejército.Clara dijo que llegó al lugar para buscar a su hija de 15 años, quien falleció ahí y que presuntamente estaba secuestrada por el grupo armado.
Una mujer declaró que se hizo pasar como víctima. (Foto: Archivo/Cuartoscuro)
Sin embargo, Patricia declaró para El Universal que llegó al municipio de Tlatlaya por que fue contratada como sexoservidora.
Comentó que arribó al Estado de México cuatro días antes del incidente (el jueves 26 de junio) y se encontró con su novio, lo que le permitió conocer a otras mujeres que convivían con el grupo armado. Entre ellas, Cynthia Nava, una de las sobrevivientes.
Relató que al arribar había una camioneta blanca con 12 hombres armados y luego se movieron a otro sitio de terracería. “Cuando llegué vi a Cynthia, también a la hija de Clara (Erika) y a dos mujeres más, una de ellas hermana de Cynthia".
Al preguntarle si sabía el nombre de la organización a la que pertenecían los grupos, su pareja le negó los datos y se aseguró de que no conociera detalles sobre la operación de esa unidad.
Se la pasaron cambiando de lugar por dos días, hasta que llegó el momento de moverse a la bodega de Tlatlaya, Estado de México.
Patricia detalló que el contacto que tuvo con Clara antes del enfrentamiento fue a través de una llamada telefónica, ya que uno de los hombres le pidió su celular. El sujeto le dio dos números y al marcar uno de ellos, la mujer (Clara) recibió indicaciones para ir a la bodega.
La madrugada del lunes es cuando ocurrió todo, de acuerdo con la testigo, ella y su novio se fueron a la parte trasera de la bodega.
Era noche y lloviznaba y su pareja salió a hacer un rondín de guardia, luego se desató la balacera y todos gritaron “cayeron los contras”. Las palabras de otros fueron: “Ríndanse, llegó el Ejército”.
Y ella, junto con Cynthia se amarraron con unos alambres que encontraron para fingir ser víctimas de secuestro.
En tanto, peritos de la CNDH hicieron un mapa para rememorar el día de los hechos, donde encontraron 22 cadáveres en la bodega y con el fin de distinguir los que murieron por probable enfrentamiento, otros de fuego cruzado y otros privados de la vida ilegalmente.
Las versiones de elementos del Ejército no coinciden. (Foto: Archivo/Cuartoscuro)
Según el informe de la Secretaría de Marina (Semar), a las 5:15 horas, un comandante de la Base de Operaciones en el Estado de México, recibió una llamada y de manera anónima revelaron sobre las detonaciones.
A las 5:20, el comandante de Infantería recalcó que sí se había registrado un enfrentamiento y que personal naval se trasladó al lugar. Sin embargo, militares que participaron en el suceso dijeron que a las 6:00 se solicitó el apoyo, versiones que no coinciden.
Un juez ordenó reaprehender a siete militares implicados en la matanza de Tlatlaya, quienes fueron liberados en 2016 por falta de pruebas.
El sexto Tribunal Unitario del Estado de México resolvió un recurso de apelación en el que consideró que la Fiscalía General de la República (FGR) debe regresar a prisión a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para ser enjuiciados por ejercicio indebido del servicio público.
Peritos de la Procuraduría del Estado dijeron que se trató de un enfrentamiento equitativo entre soldados y presuntos delincuentes.