¿Dónde ponemos los límites de nuestra capacidad técnica? Hace unos años, el hijo de una pareja de Reino Unido moría en un accidente de moto....
¿Dónde ponemos los límites de nuestra capacidad técnica? Hace unos años, el hijo de una pareja de Reino Unido moría en un accidente de moto. Sus padres, atormentados por el accidente decidieron extraerle esperma al cuerpo de su hijo con la intención de crear descendencia mediante gestación subrogada.
A día de hoy, esta pareja tiene un nieto de tres años procedente de este procedimiento. Aunque la historia parece tener un final feliz, en realidad hay un sinfín de cuestiones técnicas y éticas que empañan la cuestión, y la ley británica no está de parte de esta pareja de extraños abuelos.
Extraer semen a un muerto ¿cómo es posible?
Por muy extraordinario que parezca, la extracción de esperma postmortem es una práctica conocida y analizada desde hace décadas. La primera vez que se realizó y documentó fue en 1980, a petición de la familia de un accidentado que había sufrido una lesión cerebral fatal. Desde entonces, aunque no son muchos los casos ocurridos a lo largo de la historia, este tipo de extracción se ha llevado a cabo una decena de veces.
En el caso que nos ocupa, el cuerpo del donante involuntario permaneció dos días a la intemperie antes de ser encontrado, si hacemos caso a lo que explica la prensa. Sin embargo, según explica el doctor David Smotrich, director médico del centro IVF de La Jolla, Estados Unidos, que fue quien llevó a cabo el proceso, el esperma aguanta viable hasta tres días en el cuerpo tras la muerte.
Esto tendría su explicación si el daño provocado por el accidente no hubiera afectado a los testículos del hombre. Los genitales masculinos están preparados para preservar en buen estado el esperma, asegurando todo lo posible su viabilidad. Los padres tuvieron que tomar la decisión de forma inmediata, tras encontrar el cuerpo. Según la información de prensa, un urólogo británico, también anónimo, les ayudó con el procedimiento.
Aunque no ha trascendido ningún detalle sobre la operación de extracción, esta puede realizarse de varias maneras, bastante conocidas y empleadas en el mundo de la fecundación asistida: biopsia testicular, aspiración de los conductos eferentes u otras. La muestra de esperma se congela de forma inmediata y se mantiene así hasta que llega el momento de la inseminación.
En realidad, este procedimiento es relativamente sencillo y se ha llevado a cabo numerosas veces a lo largo de la historia.
En realidad, este procedimiento es relativamente sencillo y se ha llevado a cabo varias veces a lo largo de la historia. Un año después de la extracción, la pareja británica se habría llevado el esperma a La Jolla, donde el doctor Smotrich continuó con el proceso de inseminación artificial y gestación subrogada.
En primer lugar, indicaba el médico para la prensa, la pareja decidió las características de la donante de óvulos tratando de respetar los patrones femeninos que atraían a su hijo. En segundo, querían un niño, por lo que escogieron el sexo del bebé.
A día de hoy, esta pareja tiene un nieto de tres años procedente de este procedimiento. Aunque la historia parece tener un final feliz, en realidad hay un sinfín de cuestiones técnicas y éticas que empañan la cuestión, y la ley británica no está de parte de esta pareja de extraños abuelos.
Extraer semen a un muerto ¿cómo es posible?
Por muy extraordinario que parezca, la extracción de esperma postmortem es una práctica conocida y analizada desde hace décadas. La primera vez que se realizó y documentó fue en 1980, a petición de la familia de un accidentado que había sufrido una lesión cerebral fatal. Desde entonces, aunque no son muchos los casos ocurridos a lo largo de la historia, este tipo de extracción se ha llevado a cabo una decena de veces.
En el caso que nos ocupa, el cuerpo del donante involuntario permaneció dos días a la intemperie antes de ser encontrado, si hacemos caso a lo que explica la prensa. Sin embargo, según explica el doctor David Smotrich, director médico del centro IVF de La Jolla, Estados Unidos, que fue quien llevó a cabo el proceso, el esperma aguanta viable hasta tres días en el cuerpo tras la muerte.
Esto tendría su explicación si el daño provocado por el accidente no hubiera afectado a los testículos del hombre. Los genitales masculinos están preparados para preservar en buen estado el esperma, asegurando todo lo posible su viabilidad. Los padres tuvieron que tomar la decisión de forma inmediata, tras encontrar el cuerpo. Según la información de prensa, un urólogo británico, también anónimo, les ayudó con el procedimiento.
Aunque no ha trascendido ningún detalle sobre la operación de extracción, esta puede realizarse de varias maneras, bastante conocidas y empleadas en el mundo de la fecundación asistida: biopsia testicular, aspiración de los conductos eferentes u otras. La muestra de esperma se congela de forma inmediata y se mantiene así hasta que llega el momento de la inseminación.
En realidad, este procedimiento es relativamente sencillo y se ha llevado a cabo numerosas veces a lo largo de la historia.
En realidad, este procedimiento es relativamente sencillo y se ha llevado a cabo varias veces a lo largo de la historia. Un año después de la extracción, la pareja británica se habría llevado el esperma a La Jolla, donde el doctor Smotrich continuó con el proceso de inseminación artificial y gestación subrogada.
Un embarazo extraordinario en muchos sentidos
Si las circunstancias de la extracción eran extraordinarias, aún más lo ha sido el proceso de gestación. Una vez en California, la pareja trabajó con el doctor Smotrich para "crear" el bebé perfecto según sus cánones, respetando las posibilidades legales.En primer lugar, indicaba el médico para la prensa, la pareja decidió las características de la donante de óvulos tratando de respetar los patrones femeninos que atraían a su hijo. En segundo, querían un niño, por lo que escogieron el sexo del bebé.
Así se produce una ICSI
Cuando se hace una inseminación artificial in-vitro, se disponen en una placa varios óvulos rodeados de espermatozoides y se estimula la fecundación. También puede hacerse mediante otra técnica llamada ICSI, que consiste en inyectar el espermatozoide en el óvulo para asegurar la fecundación. De todas las fecundaciones se escogen los embriones más adecuados, haciendo un análisis genético que indica la salud de las células.
De estos embriones escogidos, la pareja se decidió por uno de sexo masculino, almacenando congelados otros tres, junto al esperma. Más tarde, este embrión se implanta en el útero de una "mamá de alquiler", la cual gesta al bebé hasta su nacimiento. Los "abuelos", estuvieron presentes en el nacimiento, según explica el doctor, y obtuvieron la adopción legal en 2015.
Pero todo esto, ¿es legal?
El problema de todo este asunto no es tanto técnico como ético y legal. Esta pareja británica ha infringido algunas leyes de su país, y ha pasado por encima de otras habiendo realizado varios de los procedimientos en Estados Unidos. Comencemos por el primer paso: la extracción postmortem.
En Reino Unido se puede extraer y utilizar el material genético de una persona fallecida para producir un embarazo siempre que haya un consentimiento escrito.
Este procedimiento es objeto de numerosas discusiones entre los expertos de la reproducción asistida. Así, las leyes al respecto según el país. En Reino Unido se puede extraer y utilizar el material genético de una persona fallecida para producir un embarazo siempre que haya un consentimiento escrito. Sin embargo, esta pareja carecía de dicho documento, por lo que la extracción fue hecha de forma ilegal.
En Estados Unidos, por ejemplo, tras un intenso debate judicial encarnado por el caso de Diane Blood, sí que se permite el uso del esperma del marido aún sin tener el permiso expreso del fallecido. Blood luchó en las cortes por obtener el permiso para quedarse embarazada a partir del material genético extraído en el hospital donde lo atendieron antes de morir.
De su caso surgió un precursor judicial que permite utilizar este material aunque no exista consentimiento escrito siempre que se demuestre que había voluntad de procreación. De esta manera, aunque la extracción fue ilegal en Reino Unido, el uso del material genético en la clínica de La Jolla sí que se hizo legalmente.
Por otro lado, la selección del género del embrión está totalmente prohibida en Reino Unido, pero sí que es legal en California. Algo similar ocurre con la selección de la donante. Mientras que en Europa el intercambio genético sigue unas estrictas normas de anonimato y protección de datos con respecto a los donantes de óvulos y esperma, en Estados Unidos estas leyes están sujetas al Estado donde se promulgan.
"El médico que extrajo el esperma, así como la instalación que almacenó la muestra, infringieron la ley"
"El médico que extrajo el esperma, así como la instalación que almacenó y exportó la muestra, infringieron la ley", explicaba Pacey para la prensa. "A falta de un consentimiento adecuado, el organismo regulador, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología [la HFEA] y los tribunales deberían haber estado involucrados en las decisiones sobre el almacenamiento y la exportación". Según las fuentes del Daily Mail, la HFEA todavía no ha confirmado si su comité había revisado el caso o no.
Si no hubiese sido así, y si no existe un permiso expedido por el comité, tanto los profesionales y centros implicados como la pareja podrían verse en los tribunales. ¿A cuántas personas podría afectar? La extracción de esperma, aunque es un proceso relativamente sencillo, requiere de un sistema de almacenamiento y transporte especial, por lo que la clínica entera que realizó el procedimiento podría verse acusada.
Todo esto, como decíamos, ocurre simplemente por no realizar el primer paso de manera legal. Algo, por otro lado, que tampoco podría haberse hecho debido al fallecimiento prematuro del donante. ¿Existe justificación suficiente para poder extraer el esperma y dar a luz a un niño aún sin que exista el consentimiento de la persona? ¿En qué circunstancias y en cuáles no? ¿Y cómo determinarlas? El debate vuelve a ponerse sobre la mesa.
Cuando se hace una inseminación artificial in-vitro, se disponen en una placa varios óvulos rodeados de espermatozoides y se estimula la fecundación. También puede hacerse mediante otra técnica llamada ICSI, que consiste en inyectar el espermatozoide en el óvulo para asegurar la fecundación. De todas las fecundaciones se escogen los embriones más adecuados, haciendo un análisis genético que indica la salud de las células.
De estos embriones escogidos, la pareja se decidió por uno de sexo masculino, almacenando congelados otros tres, junto al esperma. Más tarde, este embrión se implanta en el útero de una "mamá de alquiler", la cual gesta al bebé hasta su nacimiento. Los "abuelos", estuvieron presentes en el nacimiento, según explica el doctor, y obtuvieron la adopción legal en 2015.
Pero todo esto, ¿es legal?
El problema de todo este asunto no es tanto técnico como ético y legal. Esta pareja británica ha infringido algunas leyes de su país, y ha pasado por encima de otras habiendo realizado varios de los procedimientos en Estados Unidos. Comencemos por el primer paso: la extracción postmortem.
En Reino Unido se puede extraer y utilizar el material genético de una persona fallecida para producir un embarazo siempre que haya un consentimiento escrito.
Este procedimiento es objeto de numerosas discusiones entre los expertos de la reproducción asistida. Así, las leyes al respecto según el país. En Reino Unido se puede extraer y utilizar el material genético de una persona fallecida para producir un embarazo siempre que haya un consentimiento escrito. Sin embargo, esta pareja carecía de dicho documento, por lo que la extracción fue hecha de forma ilegal.
En Estados Unidos, por ejemplo, tras un intenso debate judicial encarnado por el caso de Diane Blood, sí que se permite el uso del esperma del marido aún sin tener el permiso expreso del fallecido. Blood luchó en las cortes por obtener el permiso para quedarse embarazada a partir del material genético extraído en el hospital donde lo atendieron antes de morir.
De su caso surgió un precursor judicial que permite utilizar este material aunque no exista consentimiento escrito siempre que se demuestre que había voluntad de procreación. De esta manera, aunque la extracción fue ilegal en Reino Unido, el uso del material genético en la clínica de La Jolla sí que se hizo legalmente.
Por otro lado, la selección del género del embrión está totalmente prohibida en Reino Unido, pero sí que es legal en California. Algo similar ocurre con la selección de la donante. Mientras que en Europa el intercambio genético sigue unas estrictas normas de anonimato y protección de datos con respecto a los donantes de óvulos y esperma, en Estados Unidos estas leyes están sujetas al Estado donde se promulgan.
Del final feliz a una sentencia criminal hay un solo paso
Para Allan Pacey, antiguo presidente de la Sociedad Británica de Fertilidad, este extraordinario caso podría convertirse en un serio problema para la pareja de felices abuelos. Mientras que todo el proceso llevado a cabo en Estados Unidos no es ilegal, pues se realizó amparado en la legislación de California, la extracción podría considerarse como un acto criminal."El médico que extrajo el esperma, así como la instalación que almacenó la muestra, infringieron la ley"
"El médico que extrajo el esperma, así como la instalación que almacenó y exportó la muestra, infringieron la ley", explicaba Pacey para la prensa. "A falta de un consentimiento adecuado, el organismo regulador, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología [la HFEA] y los tribunales deberían haber estado involucrados en las decisiones sobre el almacenamiento y la exportación". Según las fuentes del Daily Mail, la HFEA todavía no ha confirmado si su comité había revisado el caso o no.
Si no hubiese sido así, y si no existe un permiso expedido por el comité, tanto los profesionales y centros implicados como la pareja podrían verse en los tribunales. ¿A cuántas personas podría afectar? La extracción de esperma, aunque es un proceso relativamente sencillo, requiere de un sistema de almacenamiento y transporte especial, por lo que la clínica entera que realizó el procedimiento podría verse acusada.
Todo esto, como decíamos, ocurre simplemente por no realizar el primer paso de manera legal. Algo, por otro lado, que tampoco podría haberse hecho debido al fallecimiento prematuro del donante. ¿Existe justificación suficiente para poder extraer el esperma y dar a luz a un niño aún sin que exista el consentimiento de la persona? ¿En qué circunstancias y en cuáles no? ¿Y cómo determinarlas? El debate vuelve a ponerse sobre la mesa.