Eric Martin / Bloomberg Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Luis Antonio Rojas/Bloomberg) El presidente de México, Andrés Manuel López Obrad...
Eric Martin / Bloomberg
Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Luis Antonio Rojas/Bloomberg)
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió al Congreso un plan presupuestario para 2020 basado en un supuesto de crecimiento que muchos economistas consideran demasiado optimista.
La economía de México crecerá entre 1.5% y 2.5% en 2020, según la propuesta presentada por el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, antes de la fecha límite del domingo por la noche. Los analistas en una encuesta de Bloomberg anticipan de media una expansión del 1.5%, y ninguno espera que el crecimiento supere el 1.9%, lo que coincide con la previsión del Fondo Monetario Internacional de julio.
El plan establece un superávit primario, que excluye el pago de intereses de deuda, equivalente al 0.7% del producto interno bruto. Esta cifra contrasta con el 1% previsto para 2019. Los inversores estaban a la espera del plan para conocer el desvío fiscal conforme AMLO, como se conoce al presidente izquierdista, equilibra el gasto en servicios sociales, seguridad y Petróleos Mexicanos frente a las limitaciones de una economía estancada.
Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs Group Inc, dijo que, en general, es un presupuesto relativamente justo, pero las suposiciones sobre el crecimiento y la producción de petróleo están definitivamente en el lado optimista. La pregunta clave para los inversores y los mercados, señaló Ramos, es si la Administración está comprometida firmemente a cumplir el objetivo fiscal primario del 0.7% del PIB.
La economía mexicana ha tenido un crecimiento nulo en 2019. (Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro)
El plan anticipa una producción de petróleo de 1,951 millones de barriles diarios, lo que implica un aumento de alrededor del 18% con respecto a los niveles recientes. Después de años de caídas, la petrolera estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, estabilizó su producción en 1.66 millones de barriles al día en el segundo trimestre. La propuesta incluye una ayuda a Pemex de 86,000 millones de pesos (US$4,400 millones) mediante exenciones tributarias y otras medidas.
El presupuesto es el primero que AMLO envía al Congreso con su sello pleno. El Gobierno tuvo solo dos semanas para preparar el presupuesto para 2019 después de asumir el cargo en diciembre, lo que también dejó al Congreso con poco tiempo para debatirlo.
La Cámara Baja de México tiene hasta el 20 de octubre para aprobar la ley de ingresos, que posteriormente ha de ser aprobada por el Senado antes del 31 de octubre. La ley de gastos, que solo requiere la luz verde de la Cámara Baja, ha de ser aprobada antes del 15 de noviembre.
Herrera y otros cargos políticos habían prometido en los últimos días que el plan para 2020 sería fiscalmente responsable y daría confianza a los inversores. El peso apenas registró cambios en 19.5383 por dólar la noche del domingo inmediatamente después de revelarse el plan presupuestario.
Laura Rojas, presidenta de la Cámara de Diputados, y Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, durante la entrega del Paquete Económico 2020 (Foto: Cuartoscuro)
El Gobierno también redujo el domingo su proyección de crecimiento para este año a entre 0.6% y 1.2%, frente a un pronóstico de entre 1.1% y 2.1% en abril. Esta cifra sigue siendo superior al pronóstico del banco central, que anticipa una expansión mínima del 0.2%. Los responsables de política monetaria redujeron la tasa de interés de referencia de México el mes pasado por primera vez en cinco años, recortando un cuarto de punto de un máximo de diez años del 8.25%.
Incluso con los supuestos optimistas del Gobierno, el crecimiento medio del 4% que AMLO ha prometido durante sus seis años en el cargo parece difícil de lograr. La Secretaría de Hacienda había proyectado en un documento preliminar sobre el presupuesto en abril un crecimiento de entre 1.4% a 2.4% para el próximo año, así como un superávit primario de 1.3%.
Felipe Hernández, de Bloomberg Economics, dijo que es posible que el ajuste se interprete como una señal de que el compromiso con los objetivos fiscales que AMLO ha mantenido hasta ahora podría estar erosionándose. Y añadió que los inversores podrían comenzar a hacer más preguntas.
Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Luis Antonio Rojas/Bloomberg)
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió al Congreso un plan presupuestario para 2020 basado en un supuesto de crecimiento que muchos economistas consideran demasiado optimista.
La economía de México crecerá entre 1.5% y 2.5% en 2020, según la propuesta presentada por el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, antes de la fecha límite del domingo por la noche. Los analistas en una encuesta de Bloomberg anticipan de media una expansión del 1.5%, y ninguno espera que el crecimiento supere el 1.9%, lo que coincide con la previsión del Fondo Monetario Internacional de julio.
El plan establece un superávit primario, que excluye el pago de intereses de deuda, equivalente al 0.7% del producto interno bruto. Esta cifra contrasta con el 1% previsto para 2019. Los inversores estaban a la espera del plan para conocer el desvío fiscal conforme AMLO, como se conoce al presidente izquierdista, equilibra el gasto en servicios sociales, seguridad y Petróleos Mexicanos frente a las limitaciones de una economía estancada.
Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs Group Inc, dijo que, en general, es un presupuesto relativamente justo, pero las suposiciones sobre el crecimiento y la producción de petróleo están definitivamente en el lado optimista. La pregunta clave para los inversores y los mercados, señaló Ramos, es si la Administración está comprometida firmemente a cumplir el objetivo fiscal primario del 0.7% del PIB.
La economía mexicana ha tenido un crecimiento nulo en 2019. (Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro)
El plan anticipa una producción de petróleo de 1,951 millones de barriles diarios, lo que implica un aumento de alrededor del 18% con respecto a los niveles recientes. Después de años de caídas, la petrolera estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, estabilizó su producción en 1.66 millones de barriles al día en el segundo trimestre. La propuesta incluye una ayuda a Pemex de 86,000 millones de pesos (US$4,400 millones) mediante exenciones tributarias y otras medidas.
El presupuesto es el primero que AMLO envía al Congreso con su sello pleno. El Gobierno tuvo solo dos semanas para preparar el presupuesto para 2019 después de asumir el cargo en diciembre, lo que también dejó al Congreso con poco tiempo para debatirlo.
La Cámara Baja de México tiene hasta el 20 de octubre para aprobar la ley de ingresos, que posteriormente ha de ser aprobada por el Senado antes del 31 de octubre. La ley de gastos, que solo requiere la luz verde de la Cámara Baja, ha de ser aprobada antes del 15 de noviembre.
Herrera y otros cargos políticos habían prometido en los últimos días que el plan para 2020 sería fiscalmente responsable y daría confianza a los inversores. El peso apenas registró cambios en 19.5383 por dólar la noche del domingo inmediatamente después de revelarse el plan presupuestario.
Laura Rojas, presidenta de la Cámara de Diputados, y Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, durante la entrega del Paquete Económico 2020 (Foto: Cuartoscuro)
El Gobierno también redujo el domingo su proyección de crecimiento para este año a entre 0.6% y 1.2%, frente a un pronóstico de entre 1.1% y 2.1% en abril. Esta cifra sigue siendo superior al pronóstico del banco central, que anticipa una expansión mínima del 0.2%. Los responsables de política monetaria redujeron la tasa de interés de referencia de México el mes pasado por primera vez en cinco años, recortando un cuarto de punto de un máximo de diez años del 8.25%.
Incluso con los supuestos optimistas del Gobierno, el crecimiento medio del 4% que AMLO ha prometido durante sus seis años en el cargo parece difícil de lograr. La Secretaría de Hacienda había proyectado en un documento preliminar sobre el presupuesto en abril un crecimiento de entre 1.4% a 2.4% para el próximo año, así como un superávit primario de 1.3%.
Felipe Hernández, de Bloomberg Economics, dijo que es posible que el ajuste se interprete como una señal de que el compromiso con los objetivos fiscales que AMLO ha mantenido hasta ahora podría estar erosionándose. Y añadió que los inversores podrían comenzar a hacer más preguntas.