Juan Manuel Ramírez G. / EFE La masacre con 26 muertos en un bar nocturno del puerto de Coatzacoalcos, en el oriental estado de Veracruz, ex...
Juan Manuel Ramírez G. / EFE
La masacre con 26 muertos en un bar nocturno del puerto de Coatzacoalcos, en el oriental estado de Veracruz, exhibe la fuerza del narcotráfico en algunas regiones de México y deja al descubierto una nueva grieta en la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.
"El caballo blanco" fue atacado el martes a las 22.00 hora local (03.00 GMT) cuando se encontraba lleno de gente, primero con ráfagas de metralleta por individuos que dispararon de forma indiscriminada para después lanzar bombas molotov.
La cifra, todavía preliminar, es de 26 muertos y 11 lesionados que están hospitalizados.
López Obrador lamentó la masacre y calificó la jornada de "muy difícil" en este puerto de Veracruz, un estado que padece la dura disputa entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Los Zetas desde hace años.
Si bien esta masacre no es el único suceso sangriento de las últimas horas en el país, que acumula 20.135 homicidios de enero a julio.
En Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, murieron este martes 12 personas en diferentes choques de presuntos sicarios con las fuerzas de seguridad. Y hace unos días, en la también fronteriza Ciudad Juárez mataron a balazos a tres niñas y a su tío en su casa.
En las últimas horas, un video difundido muestra a dos hombres siendo degollados en Coatzacoalcos, uno de ellos supuesto dueño del bar atacado, Agustín Javier Ronson González.
Durante el asesinato, los perpetradores del crimen advierten que "el material (la droga) no se vende sin sello" y que la "la plaza (su área) tiene dueño".
UN CRUCE DE ACUSACIONES
Este martes, López Obrador apuntó a un posible "contubernio" entre autoridades locales y el crimen organizado, que derivó en esta masacre.
De acuerdo con su información, dada a conocer desde el Palacio Nacional, uno de los posibles responsables había sido detenido en julio, pero fue puesto en libertad por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz. Además, indicó que se investigaría esta institución.
Según el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, Ricardo "N" alias La Loca, uno de los presuntos autores materiales de esta masacre, fue detenido en julio pero liberado "en menos de 48 horas" por la Fiscalía estatal.
Pero horas después, la Fiscalía estatal negó haberlo liberado, exhibiendo un claro choque entre instituciones, en un país donde la impunidad en los crímenes es de más del 98 %.
"Absolutamente falso que Ricardo "N" alias La Loca haya estado a disposición de la FGE, fue la FGR (Fiscalía General de la República) quien conoció del asunto y determinó su situación jurídica", se defendió.
Además, aseguraron que La Loca fue detenido nuevamente el 7 de agosto por la Policía Naval y puesto nuevamente a disposición de la delegación de la FGR.
UNA GRIETA MÁS EN LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD DE LÓPEZ OBRADOR
Este nuevo acto de violencia sucede cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador está preparando su discurso de Gobierno el próximo domingo con una gestión en materia de seguridad muy criticada.
Pese a su promesa de reducir la inseguridad, los niveles continúan al alza y en los primeros siete meses de 2019 han ocurrido 20.135 homicidios en todo el país, con un promedio nacional de 95,8 casos por día, según cifras oficiales.
Entre sus acciones para frenar la ola de violencia está atender las causas y, sobre todo, la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo impulsado por el presidente López Obrador y conformado por militares, marinos y policías federales.
Este cuerpo, con decenas de miles de elementos, ha sido criticado por organizaciones civiles y organismos internacionales, preocupados porque solidifica la presencia de militares en las calles.
"No existe una estrategia nacional de seguridad, hay algunos planes y programas, pero no hay una estrategia integral", dijo este miércoles en una entrevista con Efe el especialista en temas de seguridad Javier Oliva.
Para Oliva, la masacre en Coatzacoalcos es un reflejo de la "lógica y dinámica" del crimen organizado y "una clara evidencia de la creciente ola de criminalidad" que se vive en México, que además no entiende de partidos políticos.
El investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que los hechos de Veracruz "dejan ver la ausencia de objetivos a nivel de regiones y a nivel estatal".
Reconoció que los únicos que "están haciendo el trabajo" son los militares y la Guardia Nacional "quienes hacen lo que pueden" pero desafortunadamente son un número reducido y en ocasiones se ven rebasados como se ha podido ver en casos recientes.
Para el especialista, lo ocurrido en Coatzacoalcos es un indicativo de la extorsión o cobro de piso de parte del crimen organizado hacia establecimientos, que deben pagar cuotas o vender sus drogas.
Oliva consideró que el posicionamiento en los últimos días del Gobierno mexicano respecto al tema de seguridad no ha sido el mejor.
Primero, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, afirmó y desmintió que negociara un pacto con el crimen organizado, en unas declaraciones muy confusas.
Y hace unos días, López Obrador dijo que "el Ejército no se usa para reprimir al pueblo". Y cuestionado sobre si el "narco" también es pueblo, dijo: "Sí, es pueblo, todos son seres humanos".
"El caballo blanco" fue atacado el martes a las 22.00 hora local (03.00 GMT) cuando se encontraba lleno de gente, primero con ráfagas de metralleta por individuos que dispararon de forma indiscriminada para después lanzar bombas molotov.
La cifra, todavía preliminar, es de 26 muertos y 11 lesionados que están hospitalizados.
López Obrador lamentó la masacre y calificó la jornada de "muy difícil" en este puerto de Veracruz, un estado que padece la dura disputa entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Los Zetas desde hace años.
Si bien esta masacre no es el único suceso sangriento de las últimas horas en el país, que acumula 20.135 homicidios de enero a julio.
En Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, murieron este martes 12 personas en diferentes choques de presuntos sicarios con las fuerzas de seguridad. Y hace unos días, en la también fronteriza Ciudad Juárez mataron a balazos a tres niñas y a su tío en su casa.
En las últimas horas, un video difundido muestra a dos hombres siendo degollados en Coatzacoalcos, uno de ellos supuesto dueño del bar atacado, Agustín Javier Ronson González.
Durante el asesinato, los perpetradores del crimen advierten que "el material (la droga) no se vende sin sello" y que la "la plaza (su área) tiene dueño".
UN CRUCE DE ACUSACIONES
Este martes, López Obrador apuntó a un posible "contubernio" entre autoridades locales y el crimen organizado, que derivó en esta masacre.
De acuerdo con su información, dada a conocer desde el Palacio Nacional, uno de los posibles responsables había sido detenido en julio, pero fue puesto en libertad por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz. Además, indicó que se investigaría esta institución.
Según el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, Ricardo "N" alias La Loca, uno de los presuntos autores materiales de esta masacre, fue detenido en julio pero liberado "en menos de 48 horas" por la Fiscalía estatal.
Pero horas después, la Fiscalía estatal negó haberlo liberado, exhibiendo un claro choque entre instituciones, en un país donde la impunidad en los crímenes es de más del 98 %.
"Absolutamente falso que Ricardo "N" alias La Loca haya estado a disposición de la FGE, fue la FGR (Fiscalía General de la República) quien conoció del asunto y determinó su situación jurídica", se defendió.
Además, aseguraron que La Loca fue detenido nuevamente el 7 de agosto por la Policía Naval y puesto nuevamente a disposición de la delegación de la FGR.
UNA GRIETA MÁS EN LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD DE LÓPEZ OBRADOR
Este nuevo acto de violencia sucede cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador está preparando su discurso de Gobierno el próximo domingo con una gestión en materia de seguridad muy criticada.
Pese a su promesa de reducir la inseguridad, los niveles continúan al alza y en los primeros siete meses de 2019 han ocurrido 20.135 homicidios en todo el país, con un promedio nacional de 95,8 casos por día, según cifras oficiales.
Entre sus acciones para frenar la ola de violencia está atender las causas y, sobre todo, la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo impulsado por el presidente López Obrador y conformado por militares, marinos y policías federales.
Este cuerpo, con decenas de miles de elementos, ha sido criticado por organizaciones civiles y organismos internacionales, preocupados porque solidifica la presencia de militares en las calles.
"No existe una estrategia nacional de seguridad, hay algunos planes y programas, pero no hay una estrategia integral", dijo este miércoles en una entrevista con Efe el especialista en temas de seguridad Javier Oliva.
Para Oliva, la masacre en Coatzacoalcos es un reflejo de la "lógica y dinámica" del crimen organizado y "una clara evidencia de la creciente ola de criminalidad" que se vive en México, que además no entiende de partidos políticos.
El investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que los hechos de Veracruz "dejan ver la ausencia de objetivos a nivel de regiones y a nivel estatal".
Reconoció que los únicos que "están haciendo el trabajo" son los militares y la Guardia Nacional "quienes hacen lo que pueden" pero desafortunadamente son un número reducido y en ocasiones se ven rebasados como se ha podido ver en casos recientes.
Para el especialista, lo ocurrido en Coatzacoalcos es un indicativo de la extorsión o cobro de piso de parte del crimen organizado hacia establecimientos, que deben pagar cuotas o vender sus drogas.
Oliva consideró que el posicionamiento en los últimos días del Gobierno mexicano respecto al tema de seguridad no ha sido el mejor.
Primero, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, afirmó y desmintió que negociara un pacto con el crimen organizado, en unas declaraciones muy confusas.
Y hace unos días, López Obrador dijo que "el Ejército no se usa para reprimir al pueblo". Y cuestionado sobre si el "narco" también es pueblo, dijo: "Sí, es pueblo, todos son seres humanos".