Susan Heavey y Sharay Angulo / Reuters El presidente Donald Trump dijo el viernes que veía "buenas chances" de que Estados ...
Susan Heavey y Sharay Angulo / Reuters
El presidente Donald Trump dijo el viernes que veía "buenas chances" de que Estados Unidos logre un acuerdo comercial con México pero, que si no se llegaba a un entendimiento, los aranceles del 5% sobre todos los productos mexicanos entrarían en vigencia el lunes.
Contra el reloj, negociadores estadounidenses y mexicanos continuaban el viernes las conversaciones para evitar una guerra comercial que podría dañar a sus economías y asustar a inversionistas ya preocupados por las hostilidades entre Washington y Pekín.
"Si somos capaces de llegar a un acuerdo con México -y hay buenas chances de que así sea- ellos empezarán a comprar inmediatamente productos de granja y agrícolas a niveles muy altos", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
"Si no logramos un acuerdo, México pagará aranceles del 5% empezando el lunes", agregó.
La semana pasada, Trump prometió imponer aranceles de un 5% a todos los bienes provenientes de México desde el 10 de junio, los que irán subiendo hasta que cese el flujo de inmigrantes ilegales hacia su país.
Estados Unidos es el mayor socio comercial de México: un 80% de sus envíos tienen como destino la mayor economía del mundo. Analistas advierten que, de llegar a imponerse los aranceles, la economía mexicana -la segunda más grande de Latinoamérica- entraría en recesión y su moneda llegaría a 20.6 pesos por dólar.
"Veo bien que no se han roto las relaciones entre México y Estados Unidos. Las partes no se han parado de la mesa y eso es una buena señal", dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a periodistas en Ciudad de México. "Hay diálogo y se puede llegar a un acuerdo. Soy optimista".
López Obrador, sin embargo, dijo que fue un error de Estados Unidos vincular el tema migratorio con el comercio.
México ha preparado una lista de posibles represalias con aranceles a bienes de los estados agroindustriales considerados como la base electoral de Trump, una táctica que China también ha usado con la mirada puesta en su candidatura a la reelección como presidente en 2020.
Eso pondría a Estados Unidos en una seria disputa comercial con su vecino del sur y China, dos de sus tres principales socios comerciales.
Estados Unidos impuso hasta un 25% de aranceles a 200,000 millones de dólares en importaciones chinas el mes pasado, lo que llevó a Pekín a imponer sus propios aranceles en una lista revisada de 60,000 millones de dólares en productos estadounidenses.
OPOSICIÓN
Grupos empresariales estadounidenses se han opuesto a la escalada de las tensiones comerciales, advirtiendo que las tarifas elevarán sus costos e implicarán precios más altos para los consumidores de ese país. Los aliados republicanos de Trump tampoco están interesados en aranceles.
Los economistas advierten que las guerras comerciales podrían dañar las líneas de suministro clave y llevar a una mayor desaceleración de la economía global. Incluso Estados Unidos, uno de los actores más sólidos en el escenario económico, sufriría.
El Departamento de Trabajo estadounidense informó el viernes que el crecimiento del empleo se desaceleró drásticamente en mayo y que los salarios subieron menos de lo esperado, lo que generó temores de que una pérdida de impulso en la actividad económica podría extenderse al mercado laboral.
Las acciones globales aumentaron el viernes ante la perspectiva de que los bancos centrales, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos, aflojen la política monetaria para compensar las fricciones comerciales y la amenaza de una recesión mundial.
La calificadora Fitch rebajó la nota de la deuda soberana de México el miércoles, citando tensiones comerciales entre otros riesgos, mientras que Moody's bajó su perspectiva a negativa.
Antes de la elección presidencial de Estados Unidos en 2020, Trump está ansioso por mostrar avances en sus compromisos de la campaña de 2016, con una línea dura con respecto a la inmigración. Las detenciones en la frontera de Estados Unidos y México alcanzaron un máximo de una década en mayo.
El Gobierno de México asegura que la solución al problema migratorio es el desarrollo en El Salvador, Guatemala y Honduras, así como el sur de México, de donde provienen la gran mayoría de migrantes que, en los últimos meses, han copado la frontera su de Estados Unidos.
Desde el miércoles, México parecía comprometerse con las exigencias de Estados Unidos luego de que anunció el reforzamiento de la seguridad en su frontera con Guatemala, aprehendió a dos de los principales organizadores de las caravanas de migrantes y bloqueó varias cuentas bancarias presuntamente relacionadas con el tráfico ilegal de migrantes.
Además, se comprometió a desplegar 6,000 efectivos de su recién creada Guardia Nacional en su frontera sur.
Contra el reloj, negociadores estadounidenses y mexicanos continuaban el viernes las conversaciones para evitar una guerra comercial que podría dañar a sus economías y asustar a inversionistas ya preocupados por las hostilidades entre Washington y Pekín.
"Si somos capaces de llegar a un acuerdo con México -y hay buenas chances de que así sea- ellos empezarán a comprar inmediatamente productos de granja y agrícolas a niveles muy altos", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
"Si no logramos un acuerdo, México pagará aranceles del 5% empezando el lunes", agregó.
La semana pasada, Trump prometió imponer aranceles de un 5% a todos los bienes provenientes de México desde el 10 de junio, los que irán subiendo hasta que cese el flujo de inmigrantes ilegales hacia su país.
Estados Unidos es el mayor socio comercial de México: un 80% de sus envíos tienen como destino la mayor economía del mundo. Analistas advierten que, de llegar a imponerse los aranceles, la economía mexicana -la segunda más grande de Latinoamérica- entraría en recesión y su moneda llegaría a 20.6 pesos por dólar.
"Veo bien que no se han roto las relaciones entre México y Estados Unidos. Las partes no se han parado de la mesa y eso es una buena señal", dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a periodistas en Ciudad de México. "Hay diálogo y se puede llegar a un acuerdo. Soy optimista".
López Obrador, sin embargo, dijo que fue un error de Estados Unidos vincular el tema migratorio con el comercio.
México ha preparado una lista de posibles represalias con aranceles a bienes de los estados agroindustriales considerados como la base electoral de Trump, una táctica que China también ha usado con la mirada puesta en su candidatura a la reelección como presidente en 2020.
Eso pondría a Estados Unidos en una seria disputa comercial con su vecino del sur y China, dos de sus tres principales socios comerciales.
Estados Unidos impuso hasta un 25% de aranceles a 200,000 millones de dólares en importaciones chinas el mes pasado, lo que llevó a Pekín a imponer sus propios aranceles en una lista revisada de 60,000 millones de dólares en productos estadounidenses.
OPOSICIÓN
Grupos empresariales estadounidenses se han opuesto a la escalada de las tensiones comerciales, advirtiendo que las tarifas elevarán sus costos e implicarán precios más altos para los consumidores de ese país. Los aliados republicanos de Trump tampoco están interesados en aranceles.
Los economistas advierten que las guerras comerciales podrían dañar las líneas de suministro clave y llevar a una mayor desaceleración de la economía global. Incluso Estados Unidos, uno de los actores más sólidos en el escenario económico, sufriría.
El Departamento de Trabajo estadounidense informó el viernes que el crecimiento del empleo se desaceleró drásticamente en mayo y que los salarios subieron menos de lo esperado, lo que generó temores de que una pérdida de impulso en la actividad económica podría extenderse al mercado laboral.
Las acciones globales aumentaron el viernes ante la perspectiva de que los bancos centrales, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos, aflojen la política monetaria para compensar las fricciones comerciales y la amenaza de una recesión mundial.
La calificadora Fitch rebajó la nota de la deuda soberana de México el miércoles, citando tensiones comerciales entre otros riesgos, mientras que Moody's bajó su perspectiva a negativa.
Antes de la elección presidencial de Estados Unidos en 2020, Trump está ansioso por mostrar avances en sus compromisos de la campaña de 2016, con una línea dura con respecto a la inmigración. Las detenciones en la frontera de Estados Unidos y México alcanzaron un máximo de una década en mayo.
El Gobierno de México asegura que la solución al problema migratorio es el desarrollo en El Salvador, Guatemala y Honduras, así como el sur de México, de donde provienen la gran mayoría de migrantes que, en los últimos meses, han copado la frontera su de Estados Unidos.
Desde el miércoles, México parecía comprometerse con las exigencias de Estados Unidos luego de que anunció el reforzamiento de la seguridad en su frontera con Guatemala, aprehendió a dos de los principales organizadores de las caravanas de migrantes y bloqueó varias cuentas bancarias presuntamente relacionadas con el tráfico ilegal de migrantes.
Además, se comprometió a desplegar 6,000 efectivos de su recién creada Guardia Nacional en su frontera sur.