La brutal agresión con ácido de un hombre contra su exnovia, que quedó gravemente desfigurada, ha generado una ola de solidaridad con l...
La brutal agresión con ácido de un hombre contra su exnovia, que quedó gravemente desfigurada, ha generado una ola de solidaridad con la víctima y de críticas al Gobierno por la falta de medidas de prevención contra la violencia machista.
La joven de 19 años inicia esta semana un tratamiento quirúrgico de un año y medio para recuperar su rostro, que ha quedado gravemente desfigurado. Además, ha perdido la visión en un ojo y en parte del otro a causa del ácido.
La agresión se produjo el pasado enero en la ciudad de Alejandreta, en el sureste turco, cuando la víctima, Berfin Özek, volvía a casa tras una jornada de estudio.
Según revelan las imágenes de una cámara de seguridad, su expareja, detenido horas después del ataque, agarró a Özek y le lanzó un litro y medio de ácido sulfúrico en el rostro.
El agresor llevaba acosando a Özek desde que ella lo abandonó un año antes.
"Tras unos meses, Berfin ha recuperado su ánimo y fortaleza. Encontró un buen cirujano que se hará cargo de su caso", comentó a Efe por teléfono la abogada de Özek, Mehtap Sert.
Poco después del ataque, la Plataforma de Mujeres de Alejandreta inició una campaña solidaria con el fin de reunir fondos para cubrir las operaciones de Özek, porque su familia no podía pagarlos.
La acción solidaria ha llegado hasta el Parlamento turco, y el Gobierno, en manos del partido islamista AKP, ha anunciado que cubrirá los costes de sus operaciones.
"No es una cuestión de estética, sino de violencia machista", declaró el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, durante su visita a Özek en un hospital de Hatay, en el sureste turco.
Koca anunció que el Gobierno estaba haciendo las "gestiones necesarias" para realizar la operación quirúrgica y que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, "sigue de cerca su caso".
Pese a que los ataques con ácido no son comunes en Turquía -se han producido una decena en la última década- el caso ha despertado una gran controversia en la sociedad turca, que ha interpretado la agresión como una escalada de la violencia contra las mujeres.
"Los ataques contra las mujeres están en alza porque no hay una acción preventiva por parte del Gobierno. Hay educación familiar, pero la Justicia falla en la prevención", comenta la abogada de la víctima.
"Muchos casos de ataques, violaciones o acoso contra las mujeres son ignorados por las autoridades", añade.
Varios diarios críticos con el Gobierno han visto en este caso una constatación de la falta de avances en la lucha contra las agresiones machistas, e incluso medios que suelen mantener una línea oficialista han criticado la situación, si bien de forma más genérica y sin señalar al Ejecutivo como responsable.
Durante la tradicional marcha del Día de la Mujer el 8 de marzo, el caso de Özek fue uno de los citados en pancartas y eslóganes para denunciar los ataques y asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas.
Unas 380 mujeres fueron víctimas en 2018 de ataques de hombres y se documentaron 188 casos de acoso, según el rotativo "Bianet", que ha establecido un monitor mensual sobre este tipo de casos.
Su investigación revela que cerca del 70 % de agresores son parejas o exparejas de las víctimas, y que la mayoría de los ataques se producen con armas de fuego o con arma blanca.
Organizaciones feministas denuncian las dificultades para documentar el aumento de la violencia contra las mujeres, porque las autoridades no publican datos oficiales, aunque las cifras de varias ONG revelan que los feminicidios y las agresiones son hasta tres veces superiores que en otros países europeos.