Washington, 30 may (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró hoy un posible juicio político contra él, que evalúan ...
Washington, 30 may (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró hoy un posible juicio político contra él, que evalúan los demócratas del Congreso, como algo "sucio, asqueroso y repugnante", al tiempo que volvió a criticar al exfiscal especial Robert Mueller, que dirigió la investigación de la llamada "trama rusa".
Trump, que habló con los periodistas en los jardines de la Casa Blanca antes de tomar un helicóptero para hacer una visita a Colorado, calificó a Mueller de "verdadero anti-Trump".
El miércoles, el fiscal especial dio por cerrado su trabajo y dejó en manos del Congreso la posibilidad de iniciar un proceso contra Trump por supuesta obstrucción a la Justicia en este caso.
En respuesta a una pregunta de los periodistas sobre si esperaba ser objeto de un juicio político, Trump contestó: "No lo veo ahora... Es una palabra sucia, asquerosa y repugnante... Es un acoso presidencial gigantesco", dijo.
Durante su intervención de ayer, Mueller anunció su renuncia al puesto una vez terminada la investigación e indico que una acusación formal contra Trump "no era un opción" dadas sus limitaciones legales, y trasladó la decisión al Congreso.
En marzo pasado, el entonces fiscal especial acabó sus pesquisas sobre los supuestos vínculos entre el equipo electoral de Trump y Rusia durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2016.
En su informe final, Mueller señala que no hay pruebas de nexos entre el entorno de Trump y Moscú, pero no alcanza una conclusión sobre un posible delito de obstrucción a la Justicia por parte del mandatario.
Durante su comparecencia del miércoles ante la prensa, Mueller explicó que acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiese considerar por motivos legales.
La normativa gubernamental estipula que no se puede imputar al presidente por un delito federal mientras esté en el cargo, ya que es considerado inconstitucional.
Aun así, Mueller agregó: "Si hubiésemos tenido confianza en que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho".
Poco antes de su encuentro con los periodistas, Trump aparentemente reconoció hoy por primera vez en un mensaje de Twitter que Rusia contribuyó a su triunfo en los comicios de 2016, aunque rechazó cualquier vínculo con Moscú.
"¡Rusia, Rusia, Rusia! Eso es todo lo que se escuchó desde el comienzo de esta caza de brujas", escribió Trump. "Y ahora Rusia ha desaparecido porque yo nada tuve que ver con que Rusia me haya ayudado a salir elegido".
Poco después, a preguntas de la prensa al respecto, el mandatario insistió: "Y ahora Rusia ha desaparecido porque no tuve nada que ver con que Rusia ayudara a que yo fuera elegido. Es un delito que no existió... Rusia, si hizo algo, creo, fue ayudar al otro bando", en referencia a su rival demócrata en las presidenciales, Hillary Clinton.
La decisión sobre comenzar o no un juicio político al presidente queda en el Congreso, donde los demócratas están divididos dadas las posibles implicaciones políticas que tendría de cara a las elecciones de 2020.
El proceso debería iniciarse en la Cámara de Representantes, donde el Partido Demócrata tiene la mayoría, y si se aprobasen los cargos el juicio se haría en el Senado, controlado por el Partido Republicano.
Para abrir el proceso de destitución en la Cámara baja se necesitaría de mayoría simple, con lo que es posible que los demócratas lo iniciaran, pero fracasaría con toda probabilidad en el Senado.
Y es que en la Cámara alta al menos 20 de los 53 senadores republicanos deberían votar en contra de Trump para alcanzar los dos tercios que permitan que el procedimiento de destitución triunfe.
La presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, hasta ahora se ha resistido a la petición de una minoría de la bancada demócrata para que se inicie el proceso de destitución, ya que considera que el trámite resultaría fútil a menos que los republicanos respalden el proceso.
Pelosi prefiere que continúen las investigaciones que diversos comités del Congreso llevan a cabo sobre Trump, con la expectativa de que esas pesquisas tengan más impacto sobre la opinión pública y los republicanos.
Trump, que habló con los periodistas en los jardines de la Casa Blanca antes de tomar un helicóptero para hacer una visita a Colorado, calificó a Mueller de "verdadero anti-Trump".
El miércoles, el fiscal especial dio por cerrado su trabajo y dejó en manos del Congreso la posibilidad de iniciar un proceso contra Trump por supuesta obstrucción a la Justicia en este caso.
En respuesta a una pregunta de los periodistas sobre si esperaba ser objeto de un juicio político, Trump contestó: "No lo veo ahora... Es una palabra sucia, asquerosa y repugnante... Es un acoso presidencial gigantesco", dijo.
Durante su intervención de ayer, Mueller anunció su renuncia al puesto una vez terminada la investigación e indico que una acusación formal contra Trump "no era un opción" dadas sus limitaciones legales, y trasladó la decisión al Congreso.
En marzo pasado, el entonces fiscal especial acabó sus pesquisas sobre los supuestos vínculos entre el equipo electoral de Trump y Rusia durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2016.
En su informe final, Mueller señala que no hay pruebas de nexos entre el entorno de Trump y Moscú, pero no alcanza una conclusión sobre un posible delito de obstrucción a la Justicia por parte del mandatario.
Durante su comparecencia del miércoles ante la prensa, Mueller explicó que acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiese considerar por motivos legales.
La normativa gubernamental estipula que no se puede imputar al presidente por un delito federal mientras esté en el cargo, ya que es considerado inconstitucional.
Aun así, Mueller agregó: "Si hubiésemos tenido confianza en que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho".
Poco antes de su encuentro con los periodistas, Trump aparentemente reconoció hoy por primera vez en un mensaje de Twitter que Rusia contribuyó a su triunfo en los comicios de 2016, aunque rechazó cualquier vínculo con Moscú.
"¡Rusia, Rusia, Rusia! Eso es todo lo que se escuchó desde el comienzo de esta caza de brujas", escribió Trump. "Y ahora Rusia ha desaparecido porque yo nada tuve que ver con que Rusia me haya ayudado a salir elegido".
Poco después, a preguntas de la prensa al respecto, el mandatario insistió: "Y ahora Rusia ha desaparecido porque no tuve nada que ver con que Rusia ayudara a que yo fuera elegido. Es un delito que no existió... Rusia, si hizo algo, creo, fue ayudar al otro bando", en referencia a su rival demócrata en las presidenciales, Hillary Clinton.
La decisión sobre comenzar o no un juicio político al presidente queda en el Congreso, donde los demócratas están divididos dadas las posibles implicaciones políticas que tendría de cara a las elecciones de 2020.
El proceso debería iniciarse en la Cámara de Representantes, donde el Partido Demócrata tiene la mayoría, y si se aprobasen los cargos el juicio se haría en el Senado, controlado por el Partido Republicano.
Para abrir el proceso de destitución en la Cámara baja se necesitaría de mayoría simple, con lo que es posible que los demócratas lo iniciaran, pero fracasaría con toda probabilidad en el Senado.
Y es que en la Cámara alta al menos 20 de los 53 senadores republicanos deberían votar en contra de Trump para alcanzar los dos tercios que permitan que el procedimiento de destitución triunfe.
La presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, hasta ahora se ha resistido a la petición de una minoría de la bancada demócrata para que se inicie el proceso de destitución, ya que considera que el trámite resultaría fútil a menos que los republicanos respalden el proceso.
Pelosi prefiere que continúen las investigaciones que diversos comités del Congreso llevan a cabo sobre Trump, con la expectativa de que esas pesquisas tengan más impacto sobre la opinión pública y los republicanos.