Un grupo de trabajadores en Pasadena (California) está dispuesto a responder a los ataques del presidente de EE.UU., Donald Trump, y sus ...
Un grupo de trabajadores en Pasadena (California) está dispuesto a responder a los ataques del presidente de EE.UU., Donald Trump, y sus aliados a través de Radio Jornalera, una iniciativa que pretende darle espacio a la voz de miles de inmigrantes que buscan trabajos en la calle.
El proyecto, que se encuentra en fase de prueba, parte de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON) y ambiciona conectar a los más de 70 centros de la entidad que existen en todo el país.
El contenido de los programas será hecho por jornaleros y para jornaleros.
“La idea es generar un orgullo de ser jornalero, un orgullo de ser trabajador inmigrante. Porque cuando uno tiene orgullo, cuando uno tienen una identidad muy fuerte, nadie va a venir a humillarte”, dijo a Efe Pablo Alvarado, director de NDLON.
Luis Valentán, un mexicano de 46 años que no cuenta con mucha experiencia en la radio, cambió sus herramientas de construcción por un micrófono y una consola de sonido, por la satisfacción de siempre dar lo mejor.
Valentán conduce el programa matutino “Voces Jornaleras”. Lo de hablar frente al micrófono se le da de forma natural.
“Vamos a esquivar las trompadas de Trump”, dice el trabajador que llegó a Estados Unidos en 1991 y ha vivido grandes arremetidas contra los indocumentados en California y Arizona.
“Queremos asegurarnos de que las personas que nos escuchan, especialmente la comunidad jornalera, se empodere y recupere lo que se ha venido perdiendo a través de todos estos ataques”, dice Valentán a Efe en un receso de “Voces Jornaleras”.
Valentán comparte los micrófonos con Víctor Aguayo, un mexicano de 56 años que da un toque pausado y de reflexión al espacio radial.
En los cinco programas que han sacado al aire, ambos han hablado con expertos legales y otros trabajadores como ellos sobre temas sensibles para los inmigrantes.
Un tema es el acuerdo que permitirá a las autoridades locales colaborar con los agentes de inmigración en el arresto de indocumentados en Florida, un proyecto de ley, el SB-168, que la semana pasada fue aprobado en la Cámara de Representantes estatal, con 68 votos a favor y 45 en contra.
También han abordado el juicio que se desarrolla en California precisamente en contra de ese tipo de colaboración.
“Queremos dejar un legado a otras generaciones de que es importante hablar, es importante tomar acción, es importante no perder ese ‘Yo social'”, insiste Valentán.
Radio Jornalera, que actualmente se trasmite por internet, pretende tener un espacio en la Frecuencia Modulada (FM).
Los jornaleros también están usando las redes sociales con transmisiones de los programas en directo, algo que también aprenden sobre la marcha.
“No había pensado en ese detalle, que nos iban a estar viendo continuamente, y eso siempre lo pone a uno un poquito nervioso. Pero también lo estoy más o menos superando”, cuenta Aguayo, que trabaja en mudanzas y jardinería.
El ahínco que estos temporeros le imprimen a los temas del programa sale de una idea que comenzó a forjarse el año pasado y que convirtió una pequeña bodega del Centro de Jornaleros de Pasadena en una cabina de radio profesional.
Desde el tendido eléctrico hasta las paredes que aislan el ruido fueron levantadas con manos jornaleras, indica el productor Edgar Manuel Vicente.
El esfuerzo de todos los participantes de este proyecto radial tiene un objetivo: abrir espacios para que una minoría pueda expresarse.
También para compartir sus retos, necesidades, triunfos y para humanizar y dignificar al jornalero, recalca Vicente, quien además es coordinador del centro.
El lanzamiento oficial de Radio Jornalera, que tendrá una programación de ocho horas diarias, se hará el primero de junio.
Además de la asesoría sobre temas migratorios y de derechos del trabajador, en la programación se ofrecerán clases de inglés y apuntes sobre cómo negociar un salario.
Alvarado asegura que dentro del plan de la radio está abrir espacios a los patronos y autoridades locales.
La meta, afirma, es construir un medio que sea un verdadero reflejo de la comunidad inmigrante sin ningún interés comercial.
“Se trata de que exijamos nuestros derechos pero que (también) seamos parte de la vida cívica de los lugares donde vivimos y trabajamos, porque eso es lo que va cambiando las mentes y los corazones”, matizó el director de NDLON.
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