El número de solicitantes de asilo que esperan en ciudades mexicanas fronterizas mientras su petición es procesada en Estados Unidos llegó...
El número de solicitantes de asilo que esperan en ciudades mexicanas fronterizas mientras su petición es procesada en Estados Unidos llegó el pasado mes de mayo a unas 18.700 personas, el número más alto hasta el momento, señala un estudio de la Universidad de California San Diego (UCSD).
La cifra representa un incremento de más de 14.000 personas en tan solo tres meses y, como consecuencia, los tiempos de espera en las distintas ciudades varían entre uno y seis meses, revela el reporte.
Según explicó a Efe este jueves la autora del informe, Savitri Arvey, los responsables de la investigación comenzaron a observar las listas de espera en noviembre de 2018, cuando se registraban 6.190 solicitantes de asilo.
Para febrero de este año, la cifra incluso bajó a 4.830 pero en mayo, es decir tres meses después, ha llegado a las casi 19.000 personas.
"Definitivamente están llegando más personas a la frontera de las que arribaron en la caravana migrante en noviembre, pero no solo a los puertos de entrada sino a lo largo de la frontera", comentó Arvey, investigadora en el Centro de Estudios México-Estados Unidos en la UCSD.
Para el reporte, hecho en conjunto con la Universidad de Texas, se entrevistaron a los administradores de las listas de peticionarios en 13 ciudades fronterizas de México.
Las listas, precisa el informe, registra a aquellas personas que han solicitado asilo pero los agentes estadounidenses les niegan la entrada de forma inmediata a causa de la falta de espacio en los puertos de entrada y les piden que esperen en México.
Arvey pone de relieve la falta de protocolos y sistematización de estas listas, ya que en algunas ciudades son administradas por personal del gobierno federal, del gobierno municipal, por organizaciones no gubernamentales e incluso por particulares.
Asegura que esto vuelve sumamente problemático y confuso el proceso para los solicitantes de asilo, ya que se enfrentan a distintos criterios, a la falta de información y de transparencia e incluso a casos de discriminación, según pudieron documentar los investigadores.
La autora del reporte también encontró situaciones de vulnerabilidad entre algunos migrantes, ya que no encuentran espacio en los albergues locales y deben gastar recursos en hoteles o, en algunos casos, tienen que dormir en las calles o frente a los cruces fronterizos, expuestos al hostigamiento de grupos del crimen organizado.
"Mientras más tiempo esperan, están en mayor en riesgo. Todo este proceso los vuelve más vulnerables. La gente no solo llega a Tijuana, Ciudad Juárez o Nogales, las ciudades más grandes, sino que acuden a ciudades más pequeñas que ni siquiera tienen albergues para migrantes", explicó.
Arvey impactó que este gran número de personas que han llegado a la frontera impactará no solo en la falta de capacidad en albergues de ciudades mexicanas, sino del lado estadounidense de la frontera.
"Hasta que el Gobierno federal no dirija más recursos a la frontera para procesar de manera efectiva el número de personas llegando, vamos a tener albergues saturados", vaticinó.