Un total de 44 estados norteamericanos presentaron una demanda contra 20 compañías farmacéuticas acusadas de inflar los precios de los med...
Un total de 44 estados norteamericanos presentaron una demanda contra 20 compañías farmacéuticas acusadas de inflar los precios de los medicamentos genéricos hasta en 1000 por ciento, difunden hoy medios de prensa.
De acuerdo con el diario The New York Times, los documentos de esa acción legal indican que un esquema utilizado por fabricantes de fármacos como Teva, Pfizer, Novartis y Mylan afectó los precios de más de 100 medicamentos.
Esos productos incluyeron la combinación lamivudina-zidovudina, usada para el tratamiento contra el VIH; budesonida, un medicamento contra el asma; fenofibrato, utilizado contra el colesterol alto; antibióticos orales; anticoagulantes; fármacos contra el cáncer; anticonceptivos; y antidepresivos.
Todos sabemos que los medicamentos recetados pueden ser costosos. Ahora sabemos que los altos precios han sido impulsados en parte por una conspiración ilegal entre las compañías de genéricos para inflar sus precios, expresó en un comunicado el fiscal general de Nueva Jersey, Gurbir Grewal.
En los documentos judiciales introducidos el viernes en un tribunal de Distrito Federal en Connecticut, los 44 estados -la inmensa mayoría de los 50 del país- describieron un plan que involucró a muchos ejecutivos responsables de ventas, mercadeo y precios.
La queja alega que los conspiradores sabían que sus esfuerzos para frustrar la competencia eran ilegales y que, por lo tanto, evitaban los registros escritos al realizar coordinaciones en las comidas de la industria, fiestas, juegos de golf y otros eventos.
Según la demanda, la mayor parte de la actividad de colusión se produjo entre julio de 2013 y enero de 2015, cuando Teva Pharmaceuticals USA elevó los precios en casi 400 formulaciones de 112 medicamentos genéricos.
Un elemento clave del esquema, advirtió el Times, fue un acuerdo entre los competidores para cooperar en la fijación de precios a fin de que cada compañía pudiera mantener una 'parte justa' de los mercados de productos genéricos.
Aunque la queja muestra a Teva, que tiene su sede en Pensilvania, como líder en la conspiración, describe la conducta como 'generalizada y de toda la industria'.
Teva negó las acusaciones en un comunicado, dijo que continúa revisando el problema internamente y que no ha participado en ninguna conducta que pudiera llevar a una responsabilidad civil o penal.
Algo similar hizo ayer Pfizer, al manifestar que Greenstone, una subsidiaria que produce medicamentos genéricos, ha sido un proveedor confiable de ese tipo de fármacos más asequibles durante décadas y tiene la intención de defenderse enérgicamente contra las reclamaciones.
Por su parte, William Tong, el fiscal general de Connecticut, sostuvo ayer en Twitter que el esfuerzo organizado para maximizar las ganancias fue 'una violación altamente ilegal de las leyes antimonopolio'.
De acuerdo con el diario The New York Times, los documentos de esa acción legal indican que un esquema utilizado por fabricantes de fármacos como Teva, Pfizer, Novartis y Mylan afectó los precios de más de 100 medicamentos.
Esos productos incluyeron la combinación lamivudina-zidovudina, usada para el tratamiento contra el VIH; budesonida, un medicamento contra el asma; fenofibrato, utilizado contra el colesterol alto; antibióticos orales; anticoagulantes; fármacos contra el cáncer; anticonceptivos; y antidepresivos.
Todos sabemos que los medicamentos recetados pueden ser costosos. Ahora sabemos que los altos precios han sido impulsados en parte por una conspiración ilegal entre las compañías de genéricos para inflar sus precios, expresó en un comunicado el fiscal general de Nueva Jersey, Gurbir Grewal.
En los documentos judiciales introducidos el viernes en un tribunal de Distrito Federal en Connecticut, los 44 estados -la inmensa mayoría de los 50 del país- describieron un plan que involucró a muchos ejecutivos responsables de ventas, mercadeo y precios.
La queja alega que los conspiradores sabían que sus esfuerzos para frustrar la competencia eran ilegales y que, por lo tanto, evitaban los registros escritos al realizar coordinaciones en las comidas de la industria, fiestas, juegos de golf y otros eventos.
Según la demanda, la mayor parte de la actividad de colusión se produjo entre julio de 2013 y enero de 2015, cuando Teva Pharmaceuticals USA elevó los precios en casi 400 formulaciones de 112 medicamentos genéricos.
Un elemento clave del esquema, advirtió el Times, fue un acuerdo entre los competidores para cooperar en la fijación de precios a fin de que cada compañía pudiera mantener una 'parte justa' de los mercados de productos genéricos.
Aunque la queja muestra a Teva, que tiene su sede en Pensilvania, como líder en la conspiración, describe la conducta como 'generalizada y de toda la industria'.
Teva negó las acusaciones en un comunicado, dijo que continúa revisando el problema internamente y que no ha participado en ninguna conducta que pudiera llevar a una responsabilidad civil o penal.
Algo similar hizo ayer Pfizer, al manifestar que Greenstone, una subsidiaria que produce medicamentos genéricos, ha sido un proveedor confiable de ese tipo de fármacos más asequibles durante décadas y tiene la intención de defenderse enérgicamente contra las reclamaciones.
Por su parte, William Tong, el fiscal general de Connecticut, sostuvo ayer en Twitter que el esfuerzo organizado para maximizar las ganancias fue 'una violación altamente ilegal de las leyes antimonopolio'.