David Knowles , especialista en medios digitales del Foro Económico Mundial Como resultado de la actividad humana, un millón de espe...
David Knowles, especialista en medios digitales del Foro Económico Mundial
Solo reimaginar a gran escala los sistemas económicos y financieros del mundo puede limitar el daño causado por los humanos, de acuerdo con un nuevo informe publicado por la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
La actividad humana ha "alterado significativamente" el 75 % de la tierra y el 66 % del océano de nuestro planeta. Debido al crecimiento de la población humana, más de un tercio de la superficie terrestre y el 75 % de los recursos de agua dulce ahora se utilizan para producir alimentos. El tamaño de las áreas urbanas se ha duplicado desde 1992.
Desde 1980, la contaminación con plástico se ha multiplicado por diez y los seres humanos ahora bombean entre 300 y 400 millones de toneladas de metales pesados, solventes, lodos tóxicos y otros desechos de instalaciones industriales a nuestros océanos y vías fluviales por año.
La gran cantidad de residuos que vertemos en el agua ha creado 400 zonas muertas en el océano, áreas con tan poco oxígeno que casi ninguna forma de vida puede sobrevivir.
La agricultura industrial intensiva y la pesca excesiva son las principales culpables del deterioro del mundo natural.
Imagen: Una plantación de palma aceitera en Johor, Malasia/ REUTERS Edgar Su
Dominic Waughray, jefe del Centro de Bienes Públicos Globales en el Foro Económico Mundial, expresó que el informe era una llamada de atención para los gobiernos y las empresas.
"La ciencia es clara: estamos en medio de una sexta extinción masiva y no podemos continuar haciendo negocios como siempre. Las interconexiones entre el sistema alimentario mundial, los ecosistemas y los recursos naturales, el cambio climático y la salud, y los medios de vida de las personas están profundamente arraigadas".
La solución, dijo Waughray, es una oleada de innovación en todas las industrias, especialmente dentro de las cadenas de suministro mundiales.
"Pero el tiempo se está acabando: para desarrollar estas innovaciones y escalarlas a la velocidad requerida, necesitamos que los gobiernos, las empresas, los inversores, los científicos y los grupos comunitarios trabajen juntos en una cooperación radical".
La Evaluación Global es uno de los informes más grandes y completos de su tipo: compilado por 145 expertos de 50 países, evalúa los cambios en la naturaleza durante los últimos 50 años.
El informe clasifica los cinco factores más importantes en la degradación del mundo natural hasta la fecha. Los cambios en el uso de la tierra y el mar es el factor más dañino, nuestra explotación directa de organismos aparece en segundo lugar, el cambio climático, en tercer lugar, la contaminación, en el cuarto, y el impacto de especies exóticas invasoras, en el quinto.
La imagen desalentadora que surge muestra el patrón de un mundo que se desliza hacia una catástrofe climática.
Desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado y las temperaturas globales promedio han aumentado al menos 0,7 ºC.
Estas tendencias ya están afectando la vida cotidiana en todo el mundo. Desde temperaturas récord hasta tormentas salvajes, el clima extremo, que el cambio climático hace más probable, se ha extendido por todo el mundo en los últimos meses.
En otros lugares, los investigadores han hecho sonar la alarma sobre la caída en la cantidad de insectos: el 40 % de las especies de insectos del mundo se encuentran actualmente en riesgo, amenazando los ecosistemas y los cultivos del planeta.
Entretanto, la erosión del suelo está destruyendo el equivalente al tamaño de una cancha de fútbol de tierras productivas cada cinco segundos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Informe Global de Riesgos 2019 del Foro Económico Mundial colocó el fracaso de la adaptación y la mitigación del cambio climático en segundo lugar entre los 10 principales riesgos globales por probabilidad e impacto. Otros riesgos ambientales, incluida la pérdida de biodiversidad, se encuentran entre los 10 riesgos más importantes.
A pesar de los hallazgos abrumadoramente negativos en el informe, sus autores creen que todavía hay esperanza. Pero solo si estamos preparados para cambiar por completo la relación entre nosotros y el planeta.
Como Sir Robert Watson, el Presidente de IPBES, explica:
"El informe también nos dice que no es demasiado tarde para hacer una diferencia, pero solo si empezamos ahora en todos los niveles, desde lo local hasta lo global. A través de un 'cambio transformador', la naturaleza aún puede conservarse, recuperarse y usarse de manera sostenible; esto también es clave para cumplir la mayoría de los otros objetivos globales.
Por cambio transformador, nos referimos a una reorganización fundamental de todo el sistema a través de factores tecnológicos, económicos y sociales, incluidos paradigmas, objetivos y valores".