La ansiedad de los salvadoreños por saber cómo será el gobierno que presidirá Nayib Bukele a partir del 1 de junio “ha inundado el ambi...
La ansiedad de los salvadoreños por saber cómo será el gobierno que presidirá Nayib Bukele a partir del 1 de junio “ha inundado el ambiente” y las expectativas hacia el nuevo mandatario crecen, dijo en una entrevista con Acan-Efe el analista Álvaro Artiga.
El también profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Centroamericana consideró que dicha ansiedad lleva a generar especulaciones “imprudentes” que hacen que el “futuro del país sea más incierto de lo que ya es”.
Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), ganó los comicios presidenciales del pasado 3 de febrero con 1.434.856 votos (53,1 %), poniendo fin del bipartidismo instalado durante décadas en el órgano Ejecutivo.
La Alianza Republicana Nacionalista (Arena, de derecha) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, de izquierda) se repartieron las últimas cinco administraciones.
A criterio del experto, la “única novedad” en este “fenómeno llamado Bukele” es que “él logró triunfar sobre un descontento de gran parte de la sociedad con los principales partidos, Arena y el FMLN, pero todo lo demás continúa igual y por el momento no hay pistas que nos lleven a pensar que este Gobierno será diferente o no lo será”.
El analista planteó que Bukele ha logrado acaparar la atención “de muchos”, por su discurso anticorrupción y demás palabras “bonitas”, pero “hay que recordar que a su alrededor hay instituciones que también tomarán decisiones, él no se manda sólo”.
“Bukele sólo podrá hacer lo que su cargo le permite y eso es lo que aún no entiende la población (…) él no puede ser un dictador porque hay instituciones que lo van a controlar e instituciones con las que él debe conciliar, como la Asamblea Legislativa”, explicó.
El politólogo subrayó que se debe esperar a que “se muevan las piezas”, porque lo que hasta el momento existe es el comienzo de la transición de Gobierno, tras el cual el ahora presidente electo “tiene más luces” para conformar su gabinete y “entonces esperaremos a ver cuál es la ruta que se seguirá”, recalcó.
En el Congreso, donde el partido GANA -que dio la plataforma al presidente electo- cuenta con solo 10 diputados, Bukele “tiene dos opciones: negociar o confrontar”.
“Si confronta lo tendrá que hacer por dos años, en lo que se fortalece su movimiento Nuevas Ideas para lograr en el 2021 (en los comicios legislativos y municipales) diputados y alcaldías”, apuntó el politólogo.
Los 10 diputados de GANA en el Parlamento no son ni la cuarta parte de los votos que se necesitan para reformar, derogar o aprobar leyes por mayoría simple, puesto que se requieren un mínimo de 43 apoyos.
Bukele tendrá que acercarse al Partido de Concertación Nacional (PCN), formación que ya ofreció su apoyo para impulsar iniciativas al igual que el diputado de Cambio Democrático (CD) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC), con los que sumaría 23 votos.
Los que se mantuvieron al margen, por el momento, son el oficialista FMLN, con 23 diputados en el Congreso, y Arena, que cuenta con 37 parlamentarios.
Sobre este panorama, el analista agregó que el mandatario electo, expulsado del FMLN en 2017, “tendrá que pensar en una estrategia que no desgaste su trabajo en la Presidencia”.
El presidente electo aún no ha revelado los nombres de las personas que integrarán su equipo de transición del poder.
El vicepresidente de GANA, Nelson Guardado, dijo recientemente que el partido se mantendrá al margen de la transición de Gobierno y señaló que será únicamente Bukele quien decida quiénes van a conformar dicha comitiva.
Diferentes voces han llamado al mandatario electo a moderar su discurso contra las formaciones tradicionales, que también buscan recomponerse de cara a los comicios legislativos y municipales del 2021, para lograr acuerdos.
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