HLas ballenas azules que migran por el Océano Pacífico confían más en su memoria que en las señales ambientales oceánicas para encontra...
HLas ballenas azules que migran por el Océano Pacífico confían más en su memoria que en las señales ambientales oceánicas para encontrar presas y alimentarse, según un estudio publicado este lunes en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
Este depredador marino localiza a sus presas usando su “excepcional” memoria para encontrar los lugares “históricamente productivos, estables y de alta calidad” de producción de kril, de acuerdo a los investigadores de la Oficina Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA, en inglés) de EE.UU.
“Estos animales altamente inteligentes y longevos están tomando decisiones de movimiento en función de sus expectativas de dónde y cuándo estarán disponibles los alimentos durante sus migraciones”, argumentó la autora principal del análisis, Briana Abrahms.
Este concepto de seguimiento del tiempo de disponibilidad de los alimentos a lo largo de las rutas de migración “no es inusual para los animales terrestres, pero ha sido más difícil de identificar en las criaturas marinas”, apuntó Abrahms.
El estudio también plantea la cuestión de qué pasará con la población de ballenas azules si las condiciones climáticas hacen que los alimentos se desvíen de los lugares habituales.
El equipo utilizó 10 años de datos para determinar los movimientos diarios de 60 ballenas individuales en el ecosistema de California, y luego los comparó con las mediciones por satélite de la productividad del océano.
“Creemos que las ballenas azules han evolucionado para utilizar las rutas de migración históricas y el tiempo que las coloca cerca de las áreas de alimentación de producción y luego realizan ajustes menores según las condiciones locales”, agregó Daniel Palacios, del Instituto Marino del estado de Oregón y coautor del estudio.
Asimismo, los investigadores señalaron que “todavía hay muchas cosas que no se saben acerca de las ballenas azules, pero es evidente que tienen una gran fidelidad a ciertos sitios a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos, que utilizan año tras año”.
Aproximadamente 2.500 de las 10.000 ballenas azules del mundo pasan varios meses en las aguas de la costa oeste de EE.UU. y pueden viajar desde el golfo de Alaska hasta una área cercana al ecuador, conocida como la cúpula de Costa Rica.
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